viernes, 23 de abril de 2010

Sobre los sabios estoicos y la teoría del destino


Comúnmente, escuchamos hablar del destino, en lo personal, es un tema que me atrae bastante, por ello, algunas de mis amistades me preguntaron «David, ¿porqué tanto hablas del destino?», «¿porqué tanto empeño en tocar el tema del destino?», «¿crees en el destino?» o por último «¿qué es el destino?».
Pues bien, soy de la idea que para tratar sobre un determinado tema, lo primero que se debe hacer es investigar basándonos en las fuentes primarias sobre el origen del tema y por ahí empezar.

En este caso, el punto de partida nos lo otorga la historia de la filosofía, pues nos muestra que los primeros hombres en tratar sobre el destino, concretamente, fueron los sabios estoicos. Esto no quita mérito a que los antiguos sacerdotes egipcios, como también los antiguos magos persas, unos siglos antes, se basaban en el destino, pero lo denominaban como la «diosa fortuna» o el «azar», incluso no tan lejos de los griegos tenemos a los órficos y a los délficos quienes consultaban el oráculo sagrado para ver que les depara el destino, pero eso sí, sin tener una noción clara de cómo o en qué consistía
el destino, pues no podían explicar el por qué de dichos acontecimientosEn algunos de los manuscritos griegos se lee lo siguiente: «El sabio estoico tiene que aceptar el destino que la naturaleza le ha otorgado», pero no explica el por qué de esto y me veo en la obligación de investigar el por qué de este argumento y la sustentación que debe respaldar todo saber intelectual.

Primero, debemos entender que los antiguos estoicos partieron de la teoría del destino que genera per se una concepción de un eterno retorno, a través del cual los distintos movimientos cósmicos que siguen un orden en el universo producen siempre los mismos acontecimientos: ven nacer y morir a todos los seres. Ahora bien, cuando los estoicos se referían a un eterno retorno se basaron en la seguridad de que las cosas seguirán ejecutando los mismos movimientos constantemente a través del tiempo. Sin embargo, para dar una mejor precisión de los argumentos que plantearé, citaré a Crisipo (78 a. C.-5 a. C.) quien sostuvo que: «El destino es la razón por la cual se han producido los acontecimientos pasados, se producen los acontecimientos presentes y se producirán los acontecimientos futuros», mientras que Plutarco recurre a la lógica para plantear los argumentos en que se basa Crisipo y así tenemos lo siguiente:

a. «Nada sucede sin causa, pero (si) según causas antecedentes».
b. «Nuestro mundo es administrado según la naturaleza, está dotado por un mismo aliento y dotado de una simpatía con respecto a él mismo».
c. Como testimonios: el principio dialéctico, la adivinación y la aceptación de los acontecimientos por el sabio.

Analicemos:
La primera sentencia. Se refiere a que el cosmos en su totalidad está regido por el principio de causalidad, esto significa que todo evento o fenómeno producido por la naturaleza es debido a una causa, por lo que se asume a este principio como la razón universal que rige al mundo. Con esto queda establecido que los acontecimientos o sucesos de nuestras vidas se encuentran subordinada a la causalidad natural. Entonces, si todo sucede en función del destino, queda justificado aquello de que «debemos vivir de acuerdo con la naturaleza».

La segunda sentencia. Trata de probar que se puede armonizar la teoría del destino con la libertad humana, sin embargo, Crisipo nos deja con una interrogante «¿a qué se refería con simpatía?». En fin, después de una breve meditación filosófica empecé a entender que primero debemos diferenciar las causas antecedentes de las causas principales y perfectas, id est: si hacemos rodar un balón por el suelo, el impulso o la fuerza con que lo hacemos es la causa antecedente y esto se debe gracias a las propiedades con las cuales fue creado el balón (forma esférica, textura, cuero, etc.) pues su propia naturaleza viene a ser la causa principal y perfecta para que esto pueda ocurrir.

Es así como, en nuestra vida los acontecimientos, las anécdotas, los sucesos y las situaciones que experimentamos se encuentran ligadas inevitablemente a las causas antecedentes, pero no la manera en que las afrontamos. Con esto me di cuenta que todo lo que nos ocurre sucede en función al destino, pero somos libres de las acciones que optamos para vivirlas, tal y cual el destino nos lo otorga, pues lo que hacemos solamente es elegir la acción y la opción, o sea, el rumbo que seguiremos, pero el destino ya sabe que rumbo seguiremos, ya sabe donde acabaremos y a nosotros solo nos queda vivir esa situación para bien o para mal en base a la determinación del mismo destino. Los sabios estoicos mencionaban al respecto: «Nosotros solo somos libres para el uso de las representaciones», esto significa que por más que los acontecimientos nos vengan dados, nosotros solo tenemos en nuestro poder la libertad de actuar y optar según nuestra naturaleza —solo acción y elección— pero no podemos cambiar el curso del destino. Puse énfasis en «nosotros», porque me refiero a los cuerpos —recordemos que los estoicos sostienen que el alma humana es material— y por ende somos nosotros los que convenimos en una forma de vida, la cual contribuye con la «armonía universal» ya que quizá con esto, Crisipo pudo haber hecho referencia a la «simpatía universal».

En la última sentencia se puede apreciar que se forma un grupo heterógeno de evidencias, entre las cuales vemos que parte del principio dialéctico en el que toda proposición debe ser verdadera o falsa —por «proposición» entiéndase que son frases con carácter enunciativo de las que quepa hablar de su validez o invalidez— puesto que sabemos que este principio fue admitido por los estoicos, como lo fue para Platón y Aristóteles, entre otros filósofos más, con lo que Crisipo nos explica su argumento relativo en que todo suceso o acontecimiento sucede por obra del destino:

«Si hay un movimiento sin causa, toda proposición no será verdadera o falsa; porque aquello que no tenga causas eficientes (o perfectas), no será ni verdadero ni falso; sin embargo, toda proposición es o verdadera o falsa; por consiguiente, no existe el movimiento sin causa. Si ello es así, todo lo que sucede lo hace por causas antecedentes y si es así, todo sucede por obra del destino».

En cuanto a la adivinación se debe recordar que el estoicismo fue una escuela que trató de fusionar las creencias religiosas con su propia doctrina filosófica, pues si recordamos bien, observaremos que todos los estoicos no ocultaron su simpatía hacia la adivinación, excepto Panecio quien no simpatizaba con esto, pero todos los demás estoicos veían en la adivinación como actuaba la providencia sobre el mundo. Con esto también queda claro que el intento de integrar una disciplina, como la adivinación, con el sistema estoico tiene lógica, pues coincide con el pensamiento de Crisipo quien también sostuvo lo siguiente: «Se ha visto en innumerables casos, como los mismos presagios preceden a los mismos acontecimientos, y como el arte adivinatorio se constituyó por la observación y anotación de los hechos», incluso ofrece algunos ejemplos de casos sencillos en los cuales al observar ciertos hechos, se producen otros: «Si hay claridad, es de día», «Si una mujer tiene leche, acaba de parir». Estos vienen a ser ejemplos de lo que hoy conocemos como inducción, esto es, extraer una conclusión general a partir de premisas que contienen datos en particular.

Por último tenemos «la aceptación del sabio por los acontecimientos del destino». Los estoicos tenían la certeza de que si el sabio unía su voluntad con lo que le depara el destino, entonces significa que logró alcanzar la sabiduría, por que convenimos con el destino al aceptarlo tal y como venga, para bien o para mal. Impertérritos con el poder del desapego y la liberación de todas nuestras pasiones somos uno con el destino, ya que todo lo que nos acontezca no nos perturbará y así cada uno podrá aceptar tal y cual es y decir: «este es mi destino».

Escrito por: David E. Misari Torpoco

2 comentarios:

  1. Asi que esa es la famosa teoría del destino...mmmm..interesante.

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  2. estoy asiendo un trabajo de filosofía sobre el destino o casualidad y la verdad me a servido muchísimo muchas gracias

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