sábado, 30 de abril de 2016

10 libros que todo estudiante de Filosofía debe leer

Si deseas emprender un recorrido por el estudio de la filosofía, sea porque estés iniciando el estudio de la carrera o si lo estás haciendo de manera autodidacta, no olvides tener en cuenta a estos diez autores y sus obras:

1. Los Diálogos de Platón

Leer los Diálogos de Platón, es el punto de partida, no solo para aprender filosofía, sino también a filosofar. Llegar a conocer por dónde comenzó y por dónde concluyó, para seguir el desenvolvimiento natural de su genio de filósofo, confrontando la serie de sus obras con el curso de los sucesos de su vida, y coger el hilo de las influencias que sucesivamente han estimulado y modificado su espíritu; tales, por ejemplo, como la influencia de Sócrates, la de Heráclito, la de Euclides, la de los Eleatas y la de los Pitagóricos. Las conversaciones de Platón con sus contemporáneos, sus viajes, sus informaciones, las luchas que sostuvo contra sus adversarios; todo esto debió influir en el curso de sus pensamientos, y en sus grandes composiciones se encuentra el rastro de todas estas influencias. A continuación, una breve síntesis de los años en que probablemente fueron escritos sus Diálogos:
1. Diálogos de juventud (de los 28 a los 38 años) (399-389)
- Apología de Sócrates (el conocido retrato socrático del joven Platón) - Critón (Sócrates en la cárcel sobre problemas cívicos) - Laques (El valor) - Lisis (La amistad) - Cármides (La templanza) - Eutifrón (La Piedad) - Ión (La poesía como don divino) - Protágoras (¿Es enseñable la virtud?).
2. Diálogos de transición (de los 38 a los 41 años) (389-385)
- Gorgias (Sobre retórica y política) - Crátilo (Sobre la significación de las palabras) - Hipias mayor y Menor (Sobre la belleza el primero, y sobre la verdad del segundo) - Eutidemo (Sobre la erística sofista) - Menón (¿Es enseñable la virtud?) - Meneceno (parodia sobre las oraciones fúnebres).
3. Diálogos de madurez (de los 41 a los 56 años) (386-370)
- Fedón (Sobre la inmortalidad del alma, el último día de Sócrates en prisión) - Banquete (Sobre el amor) - La República (Sobre política y otros asuntos: metafísicos, gnoseológicos, etc.) - Fedro (Sobre el amor, la belleza y el destino del alma).
4. Diálogos críticos y de vejez (de los 56 a los 80 años) (370-347)
- Parménides (Crítica de la teoría de las ideas) - Teeteto (Sobre el conocimiento) - Sofista (Lenguaje, retórica y conocimientos) - Político (Sobre política y filosofía) - Filebo (El placer y el bien) - Timeo (Cosmología) - Critias (Descripción de la antigua Atenas, mito Atlántida...) - Las Leyes (La ciudad ideal, revisión pesimista de la República) - Carta VII (en esta carta Platón nos presenta su conocida y breve autobiografía).

2. La Metafísica de Aristóteles
Si con Platón se inicia el estudio de la filosofía, se puede decir que con Aristóteles se culmina una gran etapa del conocimiento helénico y su legado a la humanidad. La filosofía griega alcanza con Aristóteles su plena madurez, consiguiendo una altura especulativa que por una parte, en muchos aspectos después no ha sido superada; y cabe consignar que aún influye o nutre a penetrantes definiciones intelectuales. 

En la Metafísica, Aristóteles se ocupó de los principales temas que aborda la filosofía, tales como, la historia, el pensamiento,  la filosofía de la naturaleza, teoría del conocimiento, lógica, etc. Sin ánimo de priorizar o de manifestar preferencias, sino que a propósito de las necesidades que nuestra sociedad experimenta en la actualidad, considero que vale la pena volver a considerar algunos aspectos que Aristóteles propuso respecto al estudio del conocimiento y el saber humano, ya que éstos estuvieron siempre presente en lo amplio de sus trabajos intelectuales. Quizá para muchos, Aristóteles sea un “teórico más”, pero la finalidad práctica de su obra – no solo su Metafísica - consiste en un saber para obrar, un saber que no pretende conocer lo que las personas han hecho o hacen, sino lo que deben poner en práctica. Y lo que deben hacer, tiene que guardar coherencia con lo que la ciudad, como un todo, requiere para que todos vivan bien. Y es que la finalidad de la ciudad (polis) radica en poner a sus ciudadanos en condiciones de vivir bien, de lograr la felicidad. Pareciera que Aristóteles, se hubiera adelantado en su época al sostener que todo hombre por naturaleza desea aprender el origen de las cosas, pues no solo inicia con estas palabras su obra, sino que nos da a conocer la preparación que la mente del hombre debe tener o al menos, estar dispuesta a conocer el origen de las causas de todo saber humano. Por esta razón Aristóteles entiende que el propósito de ese gran texto es enseñar  todo lo que necesita, y es posible enseñar, al hombre para que después, su decisión pueda llegar ser verdaderamente prudente. 

3. De Rerum Natura de Lucrecio

El poema filosófico De rerum natura, escrito hacia el año 50 a. C. por un romano llamado Tito Lucrecio Caro, es al mismo tiempo una de las obras más grandes de la antigüedad clásica y una de las más extrañas. Su grandeza poética parece haber sido reconocida de modo casi inmediato. El poeta Ovidio proclamó que «los versos del sublime Lucrecio» perdurarían mientras lo hiciese el mundo. Cicerón escribió que el poema era «no sólo rico en brillante ingenio, sino artísticamente elevado». Y Virgilio, aludiendo a Lucrecio en las Geórgicas, rindió cálido homenaje a un hombre que «consiguió hallar las causas de las cosas y que ha pisoteado todos los temores». No olvidemos que este libro fue el que hizo emprender un viaje hacia la verdad a Giordano Bruno, dejando atrás todo mito y toda parafernalia religiosa, para hacer que el filósofo empiece a profundizar en los más remotos arcanos de la naturaleza.
Considerado uno de los textos más vigentes de la antigüedad. Uno de los libros mayores del paganismo grecolatino, hecho de una refinada naturalidad cultural, puesto que resultará curioso, incluso extravagante, afirmar que un libro pudo cambiar el destino intelectual de la Europa moderna; si se prefiere, se puede escribir que giró el rumbo, pero lo imborrable ya es que así sucedió. El libro en cuestión se titulaba De rerum natura o “De la naturaleza”.
En esta obra, no hay una sola forma de saborear sus páginas. Podemos hacerlo como si nos dirigiéramos a un texto poético y evocador; podemos leerlas como si fueran un referente inaudito de la historia de la ciencia (no en vano fue un texto fundamental también para Galileo); o incluso podemos entenderlas como una reflexión filosófica con planteamientos ontológicos de primer orden. ¿Quién se puede resistir a entrar y leer y leer y no parar de leer este clásico? Es la fuente principal para acceder a la fascinante cosmovisión de los epicúreos. El poema de Lucrecio proponía además toda una teoría del universo, heredera del atomismo, que anunciaba de un modo visionario los avances de la física moderna.

4. El Elogio de la Locura de Erasmo

Es una obra de inteligencia lúdica con la cual Erasmo, se divierte jugando con la broma, la sátira, la ironía, el chiste. Publicada en París, en 1511, aunque es escrito dos años antes. Erasmo, en la madurez de su vida, se da cuenta de que en el mundo la razón apenas tiene poder y de que reina una insensata confusión. Quiere atacar todo esto, pero decide hacerlo de una forma mesurada, a través de esta obra. Esta idea la concibe al dirigirse a Inglaterra procedente de Italia. Entonces piensa en todo lo que ha visto allí y, considerando el momento poco propicio para meditaciones, opta por divertirse. En la casa de Tomás Moro la trasladará su sátira al papel. El título será Encomium moriae. Más tarde, en 1511, escribe en París la carta que habría de servir de prólogo.
Erasmo unifica en esta obra varias corrientes. Son fundamentalmente tres las que destacan: la clásica, personificada en Luciano; la carnavalesca, estudiada por Batjin; y el tema de la locura y la nave de los locos, comentada por Foucault y Urs von Balthasar. En cuanto a la primera, diremos que el autor para justificar su burla apela a los clásicos. Quiere integrarse en una la tradición de los discursos extravagantes como el de Virgilio, que le canta al mosquito; el de Glauco, que celebra la injusticia; el de Favorino, que ensalza las fiebres cuartanas, el de Luciano, que compone el Elogio de la mosca. La segunda línea, la carnavalesca, se relaciona con las llamadas “fiestas de bobos” de la Edad Media, con los bufones. Por último, una tercera tradición que se asimila es la de la locura: a finales de la Edad Media y principios de la Moderna abundan las obras que estigmatizan vicios y defectos achacándolos a una especie de gran sinrazón invasiva e irremediable. Las imágenes de la ebriedad y la locura tienen enorme éxito: en 1485 Guyot Marchand publica la Danse macabre, en 1492 Sebastián Brant escribe su Narrenschiff o nave de los locos, en estas fechas el Bosco pinta su desolada “barca de los estultos”.
El Elogio de la Locura es ante todo una obra irónica, en la que se dice lo contrario de lo que parece decirse. Es, pues, un discurso que obliga a convertir todas las afirmaciones en negativo para entenderlas. De esta manera, el autor pretende llegar a los lectores a través de la retórica, pero también se intenta proteger: siempre puede negar lo dicho alegando que es un juego. El libro aparece dividido en 68 capítulos. Desde el primero, aparece la locura como uno de esos personajes teatrales que hacen su propia presentación y que debutan alabándose, por lo demás, os invito a leer esta magnífica obra.

5. El Discurso del Método de Descartes

En esta obra, el filósofo francés nos explica como creó un método de razonamiento por el cual duda de todo, excepto de una sola cuestión, que él existe porque razona. Descartes explica esta máxima mediante una frase que ha pasado a la historia, “pienso, luego existo”.
Dudar de todo. Es obvio que es algo muy difícil, y que llevarlo a su extremo no nos dejaría vivir nuestras vidas, pero sería distinto si se ensalzara y se explicara como es debido la importancia de este planteamiento en las universidades, puesto que quizás más personas lo pensarían antes de ser tan tajantes en determinadas acciones o ideas. Lo que quiso hacer Descartes, fue tirar muchos años de escolástica para no obedecer a viejos dogmas, sino enseñar a las personas que piensen por sí mismas. Descartes empezó a cuestionarse de muchas cosas en la vida y decidió no "obedecer" las reglas del pensamiento que por aquel entonces, se encontraban como "santificadas" y uno tenía que acatar, sin someter a juicio, ni objetar nada. El hecho de poner en duda algo que tú mismo crees, hace que te pongas en el lugar de otra persona que no piense igual que tú. De este modo, se podría decir que Descartes fue uno de los primeros valientes -si es que no fue el primero- en cuestionarse todo y empezar desde cero, para poder llegar a sus propias conclusiones, sin que nadie le imponga ningún otro tipo de pensamiento, ni le diga lo que tenga que hacer. Por lo tanto, se vuelve mucho más sensible a la opinión y por ende se alcanza un mayor grado de comprensión de las ideas ajenas a las tuyas. Sólo por este motivo merece la pena la lectura de esta magistral obra de Descartes, la cual es todo un ejemplo de para qué sirve la filosofía y su puesta en práctica en nuestras vidas.

6. La Ética de Spinoza

La Ética es un libro que requiere por parte del lector, una gran concentración y mucha paciencia, es un libro dinámico, que se tiene que leer una y otra vez, ojear una y otra vez, para leerlo hay que ir a una página y a su vez ir a otra y luego a otra y luego regresar a la original y luego otra vez hacer la misma rutina, un libro único, incomparable. Constituye una gran proeza leerlo todo. Sin embargo, si se requiere de una ayuda para entenderlo mejor, existen algunos autores que explican el pensamiento de Spinoza, entre ellos tenemos a: Atilano Domínguez, Antonio Damasio y Diego Tatián, este último lo recomiendo mucho, es un argentino que se sabe de rabo a cabo la Ética. Por su parte, veamos que dice José Gaos y otros autores sobre la Ética. 
"Seguramente no hay persona tan culta y tan poco culta, a la vez, como para decir: quisiera leer un libro que por sí sólo me diese la idea más auténtica, completa y concisa posible de lo que es la filosofía: ¿cuál sería? Pero si la hubiese a su pregunta sería la respuesta: La Ética de Spinoza". (Jose Gaos.Prólogo de la ética). 
"La Ética de Spinoza es una de las obras maestras de la filosofía, del rango sumo, de la Metafísica de Aristóteles, Las Meditaciones de Descartes, el Ensayo de Locke, el Tratado de Hume, la Crítica de la Razón Pura de Kant, la Lógica de Hegel".

"Tiene fama de difícil. Se ha llegado a decir que es una de las más difíciles obras de la filosofía." La Ética de Spinoza: "Es un automata espiritual" (Deleuze), como si fuera una cosa que se está pensando, que pone sus propios supuestos, los lleva hasta el extremo, y piensa, sobre todo piensa. En el capítulo sobre Spinoza de la Introducción a la historia de la filosofía, Hegel dirá: "Hay dos alternativas: o se es spinozista o se renuncia a la filosofía". Por lo demás, os recomiendo leerla.

7. La Crítica de la Razón Pura de Kant


Para muchos el escuchar el nombre de “Kant”,  dan por hecho que están ante una de las mejores mentes de la filosofía y por ende, uno de los filósofos más difíciles de leer y entender. Tal vez por los temas que trata, como la metafísica o la teoría del conocimiento, los cuales son cuestiones profundas. También por su lenguaje. Kant parece darse cuenta de que está revolucionando la historia de la filosofía, y eso le lleva a inventar constantemente nuevos conceptos.  Es como si estuviera pensando en cosas en las que antes no había pensado nadie.

Una de las anécdotas que encontramos, es que cuando Kant comenzó a escribir La Crítica de la Razón Pura pensó que la acabaría en unos meses. Pero le llevo once años. Es como si se le hubiera complicado. También la vivencia de leer a Kant es complicada. Uno siente como si estuviese en mitad de una niebla creciente. Pero cuando la niebla se disipa, el paisaje es prodigioso. El problema al que quiere responder Kant, como se lee en nuestro texto, es algo así: ¿Cómo es posible la ciencia? Y ¿es posible la metafísica como ciencia? Dicho de modo más general: ¿Cómo funciona el conocimiento humano?  Para Kant era algo evidente que los seres humanos tienen una pulsión por conocer, y más concretamente por hacerse preguntas metafísicas; (¿Quién soy? ¿Que soy? ¿Qué es la muerte? ¿Qué es la vida? ¿Soy libre? ¿Por qué hay mal?), que esta necesidad es consustancial al ser humano.  Pero ¿Estamos capacitados para satisfacerla? Sería muy trágico (o muy cómico, tal vez) que los seres humanos tuviesen la pulsión de hacerse preguntas que no pueden responder.

8. El Mundo como voluntad y representación

Esta obra de Arthur Schopenhauer se divide en cuatro libros más un apéndice con críticas a la filosofía kantiana, precedidos de un prólogo. El primer libro trata sobre teoría del conocimiento. Schopenhauer presenta en él una teoría rudimentaria y torpe si se compara con la kantiana. Kant calificaría de metafísica el contenido del segundo, el tercero trata sobre el arte y el cuarto sobre la ética. Nosotros nos ocuparemos únicamente de los dos primeros, y del prólogo, que tiene su morbo.
En el prólogo advierte de que para leer su tratado es necesario conocer su tesis Sobre la cuádruple raíz del principio de razón suficiente, así como los escritos principales de Kant. También indica como recomendable, aunque no necesaria, la familiaridad del lector con la filosofía de Platón y los Vedas (los escritos básicos del hinduismo). En la segunda edición cambió el prólogo para quejarse amargamente de que su trabajo no hubiera obtenido la aprobación general mientras triunfaban Ficthe, Schelling y Hegel. La siguiente declaración de principios es tristemente admirable (porque debería ser habitual y supuesta de partida en cualquier autor, y no algo excepcional y casi único en su tiempo, al menos en el campo de la filosofía):

Durante el largo tiempo en que la filosofía ha tenido que servir por un lado a fines públicos y por otro a fines privados, yo me he entregado impasible al curso de mis pensamientos desde hace más de treinta años, porque tenía que ser precisamente así y no de otra manera, por un impulso instintivo que, no obstante, estaba respaldado por la confianza de que la verdad que uno ha pensado y lo oculto que ha iluminado será alguna vez comprendido por otro espíritu pensante y le supondrá un agrado, una alegría y un consuelo: a alguien así hablamos, igual que nos han hablado los semejantes a nosotros convirtiéndose así en nuestro consuelo dentro del desierto de nuestra vida. Entretanto, nos ocupamos de nuestro asunto por y para sí mismo. Pero ocurre curiosamente con las meditaciones filosóficas que los pensamientos que uno ha reflexionado e investigado por sí mismo son los únicos que después redundan en provecho de otros; no así los que estaban ya en su origen destinados a otros. Aquéllos se conocen ante todo por el carácter de una absoluta honradez; porque nadie busca engañarse a sí mismo ni se sirve nueces huecas; así que eliminan toda sofística y toda palabrería, y como consecuencia de ello todo párrafo escrito compensa enseguida el esfuerzo de leerlo.
Solo queda reiterar, que antes de leer esta obra, recomiendo leer las obras principales de Kant y Fichte, para poder obtener un mejor entendimiento de la misma.

9. Así habló Zaratustra de Nietzsche

Cuando Nietzsche escribió Así habló Zaratustra su pensamiento estaba en la cima de la madurez y su vida atravesaba una feliz meseta de "salud" creativa. Corrían los años 1883/1885 y residía en el benigno clima de Italia. Esta obra que nació bajo signos tan auspiciosos, con el paso del tiempo, se transformó en la más popular de Nietzsche y, paradojas de la fama, en la más singular y enigmática: en ella no sólo encontramos lo fundamental de su pensamiento sino también un modo inaugural de la filosofía occidental.
Esta obra representa la culminación de una etapa filosófica en Nietzsche, donde nos muestra varios aspectos de la realidad, que para la época eran pensamientos “muy fuertes” o no entendibles para algunos. Nietzsche –como siempre- fue más allá de todo lo que las personas de su época podían pensar sobre él o su filosofía y nos dejó para la posteridad, uno de sus mejores trabajos. Zaratustra tenía como meta principal, dar la bienvenida al “superhombre”, cruzar ese puente para Nietzsche significó lo más sagrado. Liberar a las mentes oprimidas por una sociedad y un derecho que no era el suyo, fue su máxima labor. Existen muchos pasajes en la obra, con una profunda enseñanza, escondida a través de las metáforas y prosas que emplea en su obra. Por lo demás, invito a leerla.

10. Tractatus Logico-Philosophicus


El Tractatus Logico-Philosophicus fue el único libro publicado por Ludwig Wittgenstein durante su vida. Ludwig Wittgenstein fue un filósofo austriaco nacido en Viena a finales del siglo XIX, hijo de una familia extremadamente rica. Participó en la Primera Guerra Mundial y después continuó con sus estudios en la Universidad de Cambridge. Es ahí donde conoció al filósofo británico Bertrand Russell quién se convirtió en su maestro. En un futuro, Wittgenstein utilizaría varios de los conceptos de Russell como base para desarrollar sus propios trabajos. Su trabajo se centra principalmente en la lógica, la filosofía de las matemáticas y la filosofía del lenguaje. Ludwig Wittgenstein es ampliamente reconocido como uno de los filósofos más influyentes del siglo XX.
Wittgenstein publicó Tractatus Logico-Philosophicus en 1921. En este libro Wittgenstein busca encontrar la relación entre realidad, aquello que percibimos y el lenguaje. El mismo Wittgenstein se volvió crítico de muchas de las ideas delTractatus en sus trabajos posteriores.
En un ensayo del bimestre anterior para clase de filosofía, desarrollé de forma breve algunas ideas sobre como el lenguaje puede afectar nuestra relación con el mundo que nos rodea. Sin embargo, este desarrollo de ideas era bastante básico, pero esto no impidió que me llevaran a conocer, en parte por recomendación de Fernando, sobre la existencia de la filosofía del lenguaje, así como de las teorías de Russell y Wittgenstein. 








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