jueves, 19 de julio de 2018

De degeneratione et corruptione


Sobre la degeneración y la corrupción.- Con todo lo que está pasando en el país (los audios), realmente se hace difícil poder o volver a confiar en alguien. A estas alturas, todo político, por más «buenas intenciones» que tenga, una vez que llegue al ansiado «Poder», se corromperá, porque el dinero, la ambición y el mismo Poder, envilece el corazón de los hombres –decía Lucrecio– y ante ello, por más puro que llegue uno y con ideas nobles, llevando consigo la intención de mejorar la política del país, al final, saldrá corrupto. Pero ¿por qué tiene que ser así? Vivimos en una época, donde la tecnología avanza y hasta un simple mensaje de Whatsapp inbox, puede condenar a más de uno –con mucha más razón a un político– y ni que decir de un audio o de algún video, pues pareciera como si muchos estarían aguardando que uno llegue al Poder, para empezar a «chuponearlo» o investigarlo, pero con justa razón, porque no se investiga al bueno (si es que aún existe alguien bueno), sino, a quién se sospecha que algo esconde u oculta. Al parecer, Maquiavelo tenía razón cuando dijo que todo hombre por naturaleza es malo, pues una vez que llega al pico más alto –esto es el Poder– entonces se manifiesta su verdadero ser. Pero ¿qué es lo que activa en ellos esa ambición? Simple, la palanca del Poder: el dinero.  
                                               

Todas estas personas que ansían el Poder, en el fondo saben que al llegar a obtenerlo, entonces se olvidarán de las bellas y hermosas promesas al pueblo, para comenzar a ver cómo saciarán sus bolsillos y hacerse ricos. Al empezar sus campañas, muchos políticos dicen que harán todo para mejorar el sistema y que no robarán, pero ya estamos viejos para creernos tales patrañas, aunque por ahí, nunca falta uno que otro incauto y se cree ese cuento. Sea A, B o C, o quien llegue al Poder, al final, saldrá algún audio, alguna conversación, alguna documentación o algún video, donde se muestre que ha cometido algún acto corrupto. ¡Oh amigos míos! Vivimos en una época, donde te pueden estar grabando de cualquier punto del planeta y tú, ni cuenta te das. No se trata de vivir en una paranoia, ni encerrado en un cubo de cristal, pero si no se quiere caer en nada malo, el deber del hombre es simple: hacer lo correcto y punto. Por mínima e insignificante «ayuda» que puedas dar a una persona hoy, será tu futura condena.

En mi país, se vienen las elecciones para elegir al nuevo alcalde de Lima, pero con todas estas cosas, todos estos políticos, para mí, son corruptos. No es el odio, sino el asco, lo que me hace pensar mal de ellos, pues aunque salga electo algún postulante con ideas nobles, una vez dentro (en el Poder) se corromperá. Es por eso que el filósofo Thoreau, nunca iba a votar en las elecciones de su país, pues para él, todos los políticos estaban contaminados con el veneno de la corrupción recorriendo sus cuerpos. Es por eso que Sócrates decía que si un hombre desea ser virtuoso, lo mejor es que viva alejado de la política. Basta que solo una vez hayas realizado un solo acto de corrupción, quedas marcado de por vida.

Por: David Efraín Misari Torpoco (19/07/2018)


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