1. Los Diálogos de Platón
Leer los Diálogos de
Platón, es el punto de partida, no solo para aprender filosofía, sino también a
filosofar. Llegar a conocer por dónde comenzó y por dónde concluyó, para seguir
el desenvolvimiento natural de su genio de filósofo, confrontando la serie de
sus obras con el curso de los sucesos de su vida, y coger el hilo de las
influencias que sucesivamente han estimulado y modificado su espíritu; tales,
por ejemplo, como la influencia de Sócrates, la de Heráclito, la de Euclides,
la de los Eleatas y la de los Pitagóricos. Las conversaciones de Platón con sus
contemporáneos, sus viajes, sus informaciones, las luchas que sostuvo contra
sus adversarios; todo esto debió influir en el curso de sus pensamientos, y en
sus grandes composiciones se encuentra el rastro de todas estas influencias. A
continuación, una breve síntesis de los años en que probablemente fueron
escritos sus Diálogos:
1. Diálogos de juventud
(de los 28 a los 38 años) (399-389)
- Apología de Sócrates (el
conocido retrato socrático del joven Platón) - Critón (Sócrates en la cárcel
sobre problemas cívicos) - Laques (El valor) - Lisis (La amistad) - Cármides
(La templanza) - Eutifrón (La Piedad) - Ión (La poesía como don divino) - Protágoras (¿Es
enseñable la virtud?).
2. Diálogos de
transición (de los 38 a los 41 años) (389-385)
- Gorgias (Sobre
retórica y política) - Crátilo (Sobre la significación de las palabras) -
Hipias mayor y Menor (Sobre la belleza el primero, y sobre la verdad del
segundo) - Eutidemo (Sobre la erística sofista) - Menón (¿Es
enseñable la virtud?) - Meneceno (parodia sobre las oraciones fúnebres).
3. Diálogos de madurez
(de los 41 a los 56 años) (386-370)
- Fedón (Sobre la
inmortalidad del alma, el último día de Sócrates en prisión) - Banquete (Sobre
el amor) - La República (Sobre política y otros asuntos: metafísicos,
gnoseológicos, etc.) - Fedro (Sobre el amor, la belleza y el destino del alma).
4. Diálogos críticos y
de vejez (de los 56 a los 80 años) (370-347)
- Parménides (Crítica
de la teoría de las ideas) - Teeteto (Sobre el conocimiento) -
Sofista (Lenguaje, retórica y conocimientos) - Político (Sobre política y
filosofía) - Filebo (El placer y
el bien) - Timeo (Cosmología) - Critias (Descripción de la antigua Atenas, mito
Atlántida...) - Las Leyes (La ciudad ideal, revisión pesimista de la República)
- Carta VII (en esta carta Platón nos presenta su conocida y breve
autobiografía).
2. La Metafísica de Aristóteles
Si con Platón se inicia
el estudio de la filosofía, se puede decir que con Aristóteles se culmina una
gran etapa del conocimiento helénico y su legado a la humanidad. La filosofía
griega alcanza con Aristóteles su plena madurez, consiguiendo una altura
especulativa que por una parte, en muchos aspectos después no ha sido superada;
y cabe consignar que aún influye o nutre a penetrantes definiciones
intelectuales.
En la Metafísica, Aristóteles
se ocupó de los principales temas que aborda la filosofía, tales como, la
historia, el pensamiento, la filosofía
de la naturaleza, teoría del conocimiento, lógica, etc. Sin ánimo de priorizar
o de manifestar preferencias, sino que a propósito de las necesidades que
nuestra sociedad experimenta en la actualidad, considero que vale la pena
volver a considerar algunos aspectos que Aristóteles propuso respecto al
estudio del conocimiento y el saber humano, ya que éstos estuvieron siempre
presente en lo amplio de sus trabajos intelectuales. Quizá para muchos, Aristóteles
sea un “teórico más”, pero la finalidad práctica de su obra – no solo su
Metafísica - consiste en un saber para obrar, un saber que no pretende conocer
lo que las personas han hecho o hacen, sino lo que deben poner en práctica. Y
lo que deben hacer, tiene que guardar coherencia con lo que la ciudad, como un
todo, requiere para que todos vivan bien. Y es que la finalidad de la ciudad
(polis) radica en poner a sus ciudadanos en condiciones de vivir bien, de
lograr la felicidad. Pareciera que Aristóteles, se hubiera adelantado en su época al sostener que todo hombre por naturaleza desea aprender el origen de las cosas, pues no solo inicia con estas palabras su obra, sino que nos da a conocer la preparación que la mente del hombre debe tener o al menos, estar dispuesta a conocer el origen de las causas de todo saber humano. Por esta razón Aristóteles entiende que el propósito
de ese gran texto es enseñar todo lo que
necesita, y es posible enseñar, al hombre para que después, su decisión pueda
llegar ser verdaderamente prudente.
El poema filosófico De rerum natura, escrito hacia el año
50 a. C. por un romano llamado Tito
Lucrecio Caro, es al mismo tiempo una de las obras más grandes de la antigüedad
clásica y una de las más extrañas. Su grandeza poética parece haber sido
reconocida de modo casi inmediato. El poeta Ovidio proclamó que «los versos del
sublime Lucrecio» perdurarían mientras lo hiciese el mundo. Cicerón escribió
que el poema era «no sólo rico en brillante ingenio, sino artísticamente
elevado». Y Virgilio, aludiendo a Lucrecio en las Geórgicas, rindió cálido
homenaje a un hombre que «consiguió hallar las causas de las cosas y que ha
pisoteado todos los temores». No olvidemos que este libro fue el que hizo
emprender un viaje hacia la verdad a Giordano Bruno, dejando atrás todo mito y
toda parafernalia religiosa, para hacer que el filósofo empiece a profundizar
en los más remotos arcanos de la naturaleza.
Considerado uno de los
textos más vigentes de la antigüedad. Uno de los libros mayores del paganismo
grecolatino, hecho de una refinada naturalidad cultural, puesto que resultará
curioso, incluso extravagante, afirmar que un libro pudo cambiar el destino
intelectual de la Europa moderna; si se prefiere, se puede escribir que giró el
rumbo, pero lo imborrable ya es que así sucedió. El libro en cuestión se
titulaba De rerum natura o “De
la naturaleza”.
En esta obra, no hay
una sola forma de saborear sus páginas. Podemos hacerlo como si nos
dirigiéramos a un texto poético y evocador; podemos leerlas como si fueran un
referente inaudito de la historia de la ciencia (no en vano fue un texto
fundamental también para Galileo); o incluso podemos entenderlas como una
reflexión filosófica con planteamientos ontológicos de primer orden. ¿Quién se
puede resistir a entrar y leer y leer y no parar de leer este clásico? Es la
fuente principal para acceder a la fascinante cosmovisión de los epicúreos. El
poema de Lucrecio proponía además toda una teoría del universo, heredera del
atomismo, que anunciaba de un modo visionario los avances de la física moderna.4. El Elogio de la Locura de Erasmo
Es una obra de inteligencia lúdica con la cual Erasmo, se divierte
jugando con la broma, la sátira, la ironía, el chiste. Publicada en París, en
1511, aunque es escrito dos años antes. Erasmo, en la madurez de su vida, se da
cuenta de que en el mundo la razón apenas tiene poder y de que reina una
insensata confusión. Quiere atacar todo esto, pero decide hacerlo de una forma
mesurada, a través de esta obra. Esta idea la concibe al dirigirse a Inglaterra
procedente de Italia. Entonces piensa en todo lo que ha visto allí y, considerando
el momento poco propicio para meditaciones, opta por divertirse. En la casa de
Tomás Moro la trasladará su sátira al papel. El título será Encomium
moriae. Más tarde, en 1511, escribe en París la carta que habría
de servir de prólogo.
Erasmo unifica en esta obra varias corrientes. Son fundamentalmente tres
las que destacan: la clásica, personificada en Luciano; la carnavalesca,
estudiada por Batjin; y el tema de la locura y la nave de los locos, comentada
por Foucault y Urs von Balthasar. En cuanto a la primera, diremos que el autor
para justificar su burla apela a los clásicos. Quiere integrarse en una la
tradición de los discursos extravagantes como el de Virgilio, que le canta al
mosquito; el de Glauco, que celebra la injusticia; el de Favorino, que ensalza
las fiebres cuartanas, el de Luciano, que compone el Elogio de la mosca. La segunda línea, la carnavalesca, se relaciona
con las llamadas “fiestas de bobos”
de la Edad Media, con los bufones. Por último, una tercera tradición que se
asimila es la de la locura: a finales de la Edad Media y principios de la
Moderna abundan las obras que estigmatizan vicios y defectos achacándolos a una
especie de gran sinrazón invasiva e irremediable. Las imágenes de la ebriedad y
la locura tienen enorme éxito: en 1485 Guyot Marchand publica la Danse macabre, en 1492 Sebastián Brant
escribe su Narrenschiff o nave de los locos, en estas fechas el
Bosco pinta su desolada “barca de los estultos”.
El Elogio de la Locura es ante todo una obra irónica, en la
que se dice lo contrario de lo que parece decirse. Es, pues, un discurso que
obliga a convertir todas las afirmaciones en negativo para entenderlas. De esta
manera, el autor pretende llegar a los lectores a través de la retórica, pero
también se intenta proteger: siempre puede negar lo dicho alegando que es un
juego. El libro aparece dividido en 68 capítulos. Desde el primero,
aparece la locura como uno de esos personajes teatrales que hacen su propia
presentación y que debutan alabándose, por lo demás, os invito a leer esta
magnífica obra.5. El Discurso del Método de Descartes
En esta obra, el
filósofo francés nos explica como creó un método de razonamiento por el cual duda de todo, excepto de una sola
cuestión, que él existe porque razona. Descartes explica esta máxima mediante
una frase que ha pasado a la historia, “pienso,
luego existo”.
Dudar de todo. Es obvio
que es algo muy difícil, y que llevarlo a su extremo no nos dejaría vivir
nuestras vidas, pero sería distinto si se ensalzara y se explicara como es
debido la importancia de este planteamiento en las universidades, puesto que
quizás más personas lo pensarían antes de ser tan tajantes en determinadas
acciones o ideas. Lo que quiso hacer Descartes, fue tirar muchos años de escolástica para no obedecer a viejos dogmas, sino enseñar a las personas que piensen por sí mismas. Descartes empezó a cuestionarse de muchas cosas en la vida y decidió no "obedecer" las reglas del pensamiento que por aquel entonces, se encontraban como "santificadas" y uno tenía que acatar, sin someter a juicio, ni objetar nada. El hecho de poner en duda algo que tú mismo crees, hace que
te pongas en el lugar de otra persona que no piense igual que tú. De este modo, se podría decir que Descartes fue uno de los primeros valientes -si es que no fue el primero- en cuestionarse todo y empezar desde cero, para poder llegar a sus propias conclusiones, sin que nadie le imponga ningún otro tipo de pensamiento, ni le diga lo que tenga que hacer. Por lo tanto,
se vuelve mucho más sensible a la opinión y por ende se alcanza un mayor grado
de comprensión de las ideas ajenas a las tuyas. Sólo por este motivo merece la
pena la lectura de esta magistral obra de Descartes, la cual es todo un ejemplo
de para qué sirve la filosofía y su puesta en práctica en nuestras vidas.6. La Ética de Spinoza
La Ética es un libro
que requiere por parte del lector, una gran concentración y mucha paciencia, es
un libro dinámico, que se tiene que leer una y otra vez, ojear una y otra vez,
para leerlo hay que ir a una página y a su vez ir a otra y luego a otra y luego
regresar a la original y luego otra vez hacer la misma rutina, un libro único,
incomparable. Constituye una gran proeza leerlo todo. Sin embargo, si se
requiere de una ayuda para entenderlo mejor, existen algunos autores que
explican el pensamiento de Spinoza, entre ellos tenemos a: Atilano Domínguez,
Antonio Damasio y Diego Tatián, este último lo recomiendo mucho, es un
argentino que se sabe de rabo a cabo la Ética. Por su parte, veamos que dice
José Gaos y otros autores sobre la Ética.
"Seguramente no
hay persona tan culta y tan poco culta, a la vez, como para decir: quisiera
leer un libro que por sí sólo me diese la idea más auténtica, completa y
concisa posible de lo que es la filosofía: ¿cuál sería? Pero si la hubiese a su
pregunta sería la respuesta: La Ética de Spinoza". (Jose Gaos.Prólogo de
la ética).
"La Ética de
Spinoza es una de las obras maestras de la filosofía, del rango sumo, de la
Metafísica de Aristóteles, Las Meditaciones de Descartes, el Ensayo de Locke,
el Tratado de Hume, la Crítica de la Razón Pura de Kant, la Lógica de
Hegel".
"Tiene fama de
difícil. Se ha llegado a decir que es una de las más difíciles obras de la
filosofía." La Ética de Spinoza: "Es un automata espiritual" (Deleuze), como si
fuera una cosa que se está pensando, que pone sus propios supuestos, los lleva
hasta el extremo, y piensa, sobre todo piensa. En el capítulo sobre
Spinoza de la Introducción a la historia de la filosofía, Hegel dirá: "Hay
dos alternativas: o se es spinozista o se renuncia a la filosofía". Por
lo demás, os recomiendo leerla.
7. La Crítica de la Razón Pura de Kant
7. La Crítica de la Razón Pura de Kant
Para muchos el escuchar
el nombre de “Kant”, dan por hecho que
están ante una de las mejores mentes de la filosofía y por ende, uno de los
filósofos más difíciles de leer y entender. Tal vez por los temas que trata,
como la metafísica o la teoría del conocimiento, los cuales son cuestiones profundas.
También por su lenguaje. Kant parece darse cuenta de que está revolucionando la
historia de la filosofía, y eso le lleva a inventar constantemente nuevos
conceptos. Es como si estuviera pensando en cosas en las que antes no
había pensado nadie.
Una de las anécdotas
que encontramos, es que cuando Kant comenzó a escribir La Crítica de la Razón
Pura pensó que la acabaría en unos meses. Pero le llevo once años. Es como si se
le hubiera complicado. También la vivencia de leer a Kant es complicada. Uno
siente como si estuviese en mitad de una niebla creciente. Pero cuando la
niebla se disipa, el paisaje es prodigioso. El problema al que quiere responder
Kant, como se lee en nuestro texto, es algo así: ¿Cómo es posible la ciencia? Y ¿es
posible la metafísica como ciencia? Dicho de modo más general: ¿Cómo
funciona el conocimiento humano? Para Kant era algo evidente que los
seres humanos tienen una pulsión por conocer, y más concretamente por hacerse
preguntas metafísicas; (¿Quién soy? ¿Que soy? ¿Qué es la muerte? ¿Qué es la
vida? ¿Soy libre? ¿Por qué hay mal?), que esta necesidad es consustancial
al ser humano. Pero ¿Estamos capacitados para satisfacerla? Sería muy
trágico (o muy cómico, tal vez) que los seres humanos tuviesen la pulsión de
hacerse preguntas que no pueden responder.
8. El Mundo como voluntad y representación
Esta obra de Arthur Schopenhauer
se divide en cuatro libros más un apéndice con críticas a la filosofía
kantiana, precedidos de un prólogo. El primer libro trata sobre teoría del
conocimiento. Schopenhauer presenta en él una teoría rudimentaria y torpe si se
compara con la kantiana. Kant calificaría de metafísica el contenido del
segundo, el tercero trata sobre el arte y el cuarto sobre la ética. Nosotros
nos ocuparemos únicamente de los dos primeros, y del prólogo, que tiene su
morbo.
En el prólogo advierte
de que para leer su tratado es necesario conocer su tesis Sobre la cuádruple raíz del
principio de razón suficiente, así
como los escritos principales de Kant. También indica como recomendable, aunque
no necesaria, la familiaridad del lector con la filosofía de Platón y los Vedas (los escritos básicos del hinduismo).
En la segunda edición cambió el prólogo para quejarse amargamente de que su
trabajo no hubiera obtenido la aprobación general mientras triunfaban Ficthe,
Schelling y Hegel. La siguiente declaración de principios es tristemente
admirable (porque debería ser habitual y supuesta de partida en cualquier
autor, y no algo excepcional y casi único en su tiempo, al menos en el campo de
la filosofía):
Durante
el largo tiempo en que la filosofía ha tenido que servir por un lado a fines
públicos y por otro a fines privados, yo me he entregado impasible al curso de
mis pensamientos desde hace más de treinta años, porque tenía que ser
precisamente así y no de otra manera, por un impulso instintivo que, no
obstante, estaba respaldado por la confianza de que la verdad que uno ha
pensado y lo oculto que ha iluminado será alguna vez comprendido por otro
espíritu pensante y le supondrá un agrado, una alegría y un consuelo: a alguien
así hablamos, igual que nos han hablado los semejantes a nosotros
convirtiéndose así en nuestro consuelo dentro del desierto de nuestra vida.
Entretanto, nos ocupamos de nuestro asunto por y para sí mismo. Pero ocurre
curiosamente con las meditaciones filosóficas que los pensamientos que uno ha
reflexionado e investigado por sí mismo son los únicos que después redundan en
provecho de otros; no así los que estaban ya en su origen destinados a otros.
Aquéllos se conocen ante todo por el carácter de una absoluta honradez; porque
nadie busca engañarse a sí mismo ni se sirve nueces huecas; así que eliminan
toda sofística y toda palabrería, y como consecuencia de ello todo párrafo
escrito compensa enseguida el esfuerzo de leerlo.
Solo queda reiterar, que antes de leer esta obra, recomiendo leer las obras principales de Kant y Fichte, para poder obtener un mejor entendimiento de la misma.
9. Así habló Zaratustra de Nietzsche
Cuando Nietzsche
escribió Así habló Zaratustra su pensamiento estaba en la cima de la madurez y
su vida atravesaba una feliz meseta de "salud" creativa. Corrían los
años 1883/1885 y residía en el benigno clima de Italia. Esta obra que nació
bajo signos tan auspiciosos, con el paso del tiempo, se transformó en la más
popular de Nietzsche y, paradojas de la fama, en la más singular y enigmática:
en ella no sólo encontramos lo fundamental de su pensamiento sino también un
modo inaugural de la filosofía occidental.
Esta obra representa la
culminación de una etapa filosófica en Nietzsche, donde nos muestra varios
aspectos de la realidad, que para la época eran pensamientos “muy fuertes” o no
entendibles para algunos. Nietzsche –como siempre- fue más allá de todo lo que
las personas de su época podían pensar sobre él o su filosofía y nos dejó para
la posteridad, uno de sus mejores trabajos. Zaratustra tenía como meta
principal, dar la bienvenida al “superhombre”, cruzar ese puente para Nietzsche
significó lo más sagrado. Liberar a las mentes oprimidas por una sociedad y un
derecho que no era el suyo, fue su máxima labor. Existen muchos pasajes en la obra,
con una profunda enseñanza, escondida a través de las metáforas y prosas que
emplea en su obra. Por lo demás, invito a leerla.
10. Tractatus Logico-Philosophicus
10. Tractatus Logico-Philosophicus
El Tractatus
Logico-Philosophicus fue el único libro publicado por Ludwig Wittgenstein
durante su vida. Ludwig Wittgenstein fue un filósofo austriaco nacido en Viena
a finales del siglo XIX, hijo de una familia extremadamente rica. Participó en
la Primera Guerra Mundial y después continuó con sus estudios en la Universidad
de Cambridge. Es ahí donde conoció al filósofo británico Bertrand Russell quién
se convirtió en su maestro. En un futuro, Wittgenstein utilizaría varios de los
conceptos de Russell como base para desarrollar sus propios trabajos. Su
trabajo se centra principalmente en la lógica, la filosofía de las matemáticas
y la filosofía del lenguaje. Ludwig Wittgenstein es ampliamente reconocido como
uno de los filósofos más influyentes del siglo XX.
Wittgenstein publicó Tractatus
Logico-Philosophicus en 1921. En este libro Wittgenstein busca encontrar
la relación entre realidad, aquello que percibimos y el lenguaje. El mismo
Wittgenstein se volvió crítico de muchas de las ideas delTractatus en sus
trabajos posteriores.
En un ensayo del
bimestre anterior para clase de filosofía, desarrollé de forma breve algunas
ideas sobre como el lenguaje puede afectar nuestra relación con el mundo que
nos rodea. Sin embargo, este desarrollo de ideas era bastante básico, pero esto
no impidió que me llevaran a conocer, en parte por recomendación de Fernando,
sobre la existencia de la filosofía del lenguaje, así como de las teorías de
Russell y Wittgenstein.
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