Sin sentido y sin rumbo seguía mi destino,
pues mi corazón no encontraba la calma,
tal era el camino de mi tormento,
los cuales afligían los oscuros valles de mi alma.
Esperando día y noche aquella alegría,
que llene de júbilo mi ser,
fue cuando conocí entonces
a una encantadora mujer.
Ante su belleza, mi corazón quedó impactado, pues
nunca antes mi corazón se tornó muy dichoso,
alegre y fantasioso, por tener a una bella musa como amiga.
Y ahora le agradece al destino, por forjar una amistad
especial en mi vida, entre un ser mortal
y una hermosa diva.
Desde entonces mi vida dejó de tornarse gris,
¡Oh bella Musa! Hoy me encuentro extasiado y feliz.
Raramente los dioses intervienen en la vida de los mortales, y
raramente también, envían a una musa bella, a curar de sus males.
El mal que padecía mi alma, era el de no contar con amigos, pero
Grata y magnánima fue la sorpresa, que ahora hermosa musa pueda contar contigo.
Ahora mi corazón y alma disfrutan de tu amistad, y así también,
Radiante y luminoso como el gran astro, seré un amigo que ilumine tu andar.
Animoso y con ferviente entrega, mi espíritu ya no siente más pesar.
Y al saber que puedo contar contigo, no olvides que cuando tú gustes también cuentas conmigo.
Escrito por: David Efraín Misari Torpoco.
Escrito por: David Efraín Misari Torpoco.
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