miércoles, 26 de mayo de 2010

Sobre el búho y el burro


Debo empezar este escrito parafraseando al antiguo proverbio latino Bubo non capit muscas (1), sin embargo, me daré tiempo para atender a lo que leí (navegando por Internet) y me causó gracia. Como bien saben, soy un amante de la filosofía y como amante del saber debo defenderla con la razón, siempre y cuando no muestren argumentos o sustentación firme de lo que dicen. Considero que los libros filosóficos son excelentes y no como el pensamiento de un inepto, que por ahí escribió: «los libros filosófikos son horribles», bueno, quizá más horrible debe ser su intelecto, analicemos el por qué: Los libros de filosofía no solo te ofrecen formación intelectual, sino que además desarrollan el intelecto de una manera coherente y razonable, mostrando los fundamentos y los argumentos de lo que han escrito —y escriben— los grandes filósofos —del pasado y de la actualidad—. Cuando uno recurre a la lectura de un libro de filosofía, se dará cuenta que no es como la de «cualquier libro», sino, parte de un determinado entendimiento, pasa por un aparato crítico y luego concluye con reflexiones o con posturas argumentadas sobre lo que trató. Así tenemos: Así hablo Zarathustra de Nietzsche, Tractatus logicus philosophicus de Wittgenstein, Ethica de Spinoza, El ser y el tiempo de Heidegger, Parerga y Paralipomena de Schopenhauer, Monadología de Leibniz, Discurso del método de Descartes, Pensamientos de Pascal, Metafísica de Aristóteles, entre otros, pues la lista es larga; además observamos que estos filósofos no solo revolucionaron el intelecto, sino que aportaron conocimientos a su época y a la nuestra en el modo de resolver problemas que afectan la vida cotidiana del hombre, en cuanto emplea mal su raciocinio. Como pueden notar, no sé como puede existir gente, a los cuales llamo «ineptos» (necios, ver RAE segundo significado) que se atreven a escribir que «los libros filosófikos son horribles» y eso que soy condescendiente y trato de emplear el significado de «horrible» por «feo», pues ni siquiera el tipo que dijo esto sabe escribir, porque de lo contrario, sabría que el término «horrible» es un adjetivo y designa a «algo que causa horror», porque en sí la filosofía no es algo «horrible o espantoso», sino, todo lo contrario, pues el conocimiento y el saber no puede ser «horrible», como lo dijo aquel inepto. 
Bueno, después de haber tratado esto, aquí les dejo mi metáfora del búho y el burro. Esto es solo para inteligentes: «El búho simboliza libertad y sabiduría, aquel ave majestuosa siempre surca los cielos nocturnos y le gusta volar sin hacer ruido. El contacto con la noche y la luna llena despierta en este ave el alma de un cazador nocturno, el triunfo del espíritu sobre la materialidad inerte y la torpe subjetividad de aquellos que se basan en «idealismos divinos». La mirada del búho siempre está atenta y nunca parpadea. Su voluntad se entrelaza con lo remoto y se desentiende de lo cercano. La visión de este gran pájaro no es solo representa inteligencia, sino también una visión preñada de agudeza intelectiva, llena de sagacidad y habilidad. Mientras que el burro es símbolo de burla, de risa, muestra ser un inepto, por ser un animal de carga si se dan cuenta siempre carga problemas pero también debemos recordar que el burro en nuestro lenguaje coloquial es sinónimo de torpe, bruto, ignorante y no prosperará, debido a que ha nacido para vivir el momento y no proyectarse hacia un futuro, pues cree que todo es fantasía, de ahí que vive solo de idealismos».

La metáfora que narré muestra claramente la diferencia que existe dentro de la representación simbólica entre un búho y un burro, lo cual no está muy alejado de la realidad, solo debe recurrir al intelecto como el águila al surcar los cielos y no sea como el burro, un animal de carga y destinado solo a dejarse llevar. Es por ello que al analizar bien lo que escribió este inepto, nos damos cuenta que por ser «ignorante» tal vez escribió aquello de «los libros filosófikos son horribles», pues no quiere apelar a la razón, sino a la ignorancia. Lamentablemente, existen personas así, con la cual uno se topa a diario o quizá una vez por semana en algún lugar; pues si no sabe escribir bien, mejor que no escriba, pues como diría Jesucristo: Pater, dimitte illis, non enim sciunt quid faciunt (2), aunque yo diría: Ratio et scientia, dimitte ilo, non enim equus asinus, scire quod scripti. (3)

In fine, el burro que escribió eso de «los libros filosófikos son horribles», se describe a sí mismo, pues en la foto de su Hi 5 tiene su «propia imagen»la de un burro, por ello diría yo «Bubo non capit equus asinus» (4)… que triste y lamentable su realidad.


Notas:
(1) «Bubo non capit muscas», quiere decir «El búho no come moscas».
(2) «Pater dimitte illis, non enim sciunt quid faciunt» (Lucas XXIII, 34). La frase que Jesús dijo: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen».
(3) «Ratio et scientia, dimitte ilo, non enim equus asinus scire quod scripti», en alusión al contexto dado, pues significa: «Razón y conocimiento, perdónalo porque el burro no sabe lo que escribe».
(4) «Bubo non capit equus asinus», quiere decir «El búho no come burros».

Diario de Efraín
Escrito por: David E. Misari Torpoco

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