El Filósofo Voltaire nos relata una historia que realmente deja pensando a más de uno. Me tomé la molestía de transcribirla para que muchos de ustedes lo conozcan, pues el final contiene una gran reflexión.
"El Buen Brahamano"
Había una vez un hombre (El buen Brahamano) que vivía atormentándose la existencia, empeñado en descubrir los misterios del alma y la esencia de la naturaleza del pensamiento. Una vez su discípulo va a visitar a una mujer que vivía a no mucha distancia de la casa del Maestro y le pregunta que cuál era el concepto que ella tenía de la naturaleza y origen del pensamiento. La mujer, sorprendida, le contestó que jamás había oído hablar de tales cosas que en nada le interesaban, y que lo único de que estaba profundamente convencida era de la metempsícosis de Vishnu y que con tal de poder proporcionarse siempre su poquito de aguas sagradas del Ganges para sus abluciones, ella se consideraba la mujer más feliz del mundo.
Admirado de la felicidad de esta simple mujer, aquel mismo día el díscipulo fué a contar al Maestro lo que había oído y le dice: "¿Cómo es posible que un sabio como tú maestro, lleve una vida de tormentos en tu empeño de escudriñar los inescrutables misterios del pensamiento, cuando a pocos pasos de tu casa, existe una mujer que sin preocuparse de esas cosas, vive contenta y es realmente feliz? El Maestro fijando la mirada en el discípulo, le contesta: "Es muy cierto cuanto dices, y yo mismo ya he pensado varias veces en lo feliz que sería si pudiese ser tan ignorante como mi vecina; pero, la verdad, yo no querría para mi, la felicidad de esa pobre mujer".
El mismo Voltaire sorprendido de la historia que escribió, comenta: "Nada en esta vida me ha hecho pensar tanto, como este incidente". Es cierto, Voltaire nos enseña que para la humanidad, existe algo de más importancia que la llamada "felicidad" y es la sabiduría (el conocimiento). Debemos recordar que en el "Fausto" de Goethe, el hombre lleva en lo más íntimo de su existencia, un recóndito pero indomitable deseo de saber, cual presintiera que es en la sabiduría en donde se encuentra su redención.
Si algún día usted amable lector tiene que escoger entre la "felicidad" o la sabiduría (el conocimiento), piense y medite bien por cual de los dos optaría, pues no vaya a ser que por elegir lo que supuestamente acarrearía un bien, termine conllevándolo a un mundo de tristeza y sufrimiento.
Recuerde que: "Realmente nadie es infeliz, sino en la medida que se considere a sí mismo infeliz".
Estoy preparando un ensayo que trata sobre la "Felicidad vs Tranquilidad", lo cual pienso colgar al blog, más adelante.
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