"Os diré que no dejéis pasar ni un día sin discutir las cosas, sobre las cuales me escucháis hablar, pues una vida sin este tipo de examen, no merece la pena vivirla". - Sócrates (470 - 399 a.C.)
Este individuo
llamado Sócrates (Swkraths), fue un hombre ejemplar
pese a ser increíblemente feo, ya que siendo los griegos grandes admiradores de
la belleza, con Sócrates se rompía este esquema tradicional de belleza, en la
que medida y proporción quedaban de
lado.
Por otra
parte, Sócrates fue considerado como uno de los más grandes sabios de la
filosofía universal, pues bien hizo Nietzsche al decir "mientras otros
pueblos tienen santos, los griegos
tienen sabios" y Sócrates no fue
para nada la excepción, recordemos pues, que no solo fue maestro de Platón,
sino también de Euclides, Fedón, Critón, Jenofonte, Antístenes y Aristipo, solo
por mencionar a los más destacados.
A Sócrates no
le importaba su apariencia, ni su aspecto, pues solía caminar descalzo por la
plaza de Atenas y a menudo iba vestido con una túnica sucia, lo único que le
importaba y preocupaba a Sócrates era el conocimiento y la vida del hombre.
Pero analicemos algunos detalles más de su vida.
Sócrates
nació en la Antigua Atenas, en el año 470 a.C. cuya época fue gloriosa y a su
vez la más espléndida dentro de la historia de Grecia. Su madre llamada
Fainarate Fainareth, fue partera, de la cual Sócrates
aprendería su técnica de la "mayéutica", y su padre llamado
Sofronísco, era cantero y algunos dicen que fue escultor.
Sócrates
tenía poco dinero y nunca se esforzó demasiado por poseer más. De joven tuvo un
espléndido razonamiento, el cual fue cultivando poco a poco, pues de alguna u
otra forma, no estaba conforme con las cosas que otros le decían y deseaba
siempre buscar el conocimiento por sí mismo. Así fue como llegó a escuchar en su
juventud al clazomene Anaxágoras, a Crátilo - tío de Platón -, a Parménides y a
una mujer llamada Diótima, de quién se dice le enseñó cosas acerca del amor.
Aunque los escuchó y aprendió de ellos algunas cosas, nunca los consideró
"maestros", solo rescató las mejores enseñanzas y las trató de
aplicar de manera personal a su vida. Ahora, para ser más explícitos con la
investigación, se sabe que sí concibió como maestro
al filósofo Arquelao, quien enseñó
muchas cosas al joven Sócrates sobre cuestiones morales y conocimientos amplios
de la física.
Ya alcanzando
cierta edad madura, dedicó su vida a la polémica y a la enseñanza pública, no
cobrando nada por compartir sus conocimientos. Sócrates se casó con una mujer
llamada Xantipa (cantipa), la cual era bastante joven y tenía un
carácter insoportable, además de ser insolente y agresiva. Pese a ello, fue la
madre de sus tres hijos: Lampocles, Sofronisco y Menexeno. Algunos textos
griegos narran que era tan fuerte de carácter que Sócrates aprendió sobre la
paciencia, gracias a ella. Nietzsche dirá en el siglo XIX, con su acostumbrada malicia, que fue Xantipa
quien convirtió a Sócrates en el mayor dialéctico de Atenas, pues al hacer
irrespirable el ambiente hogareño, lo indujo a caminar todo el tiempo
dialogando con las personas por las calles de Atenas. Ya en los últimos años de
Sócrates, esto cambió y Xantipa lo trataba de manera amorosa.
Sin embargo,
fue en las plazas públicas, las tiendas de los artesanos o en la caminata con
sus amigos donde Sócrates siempre gustaba de filosofar, sobre todo iba haciendo
preguntas a cuantas personas veía, pues quería conocer cómo pensaban las
personas acerca de las cosas que elevan la vida, como son la justicia, la
virtud, el valor, la belleza, con lo cual ganaba la simpatía de muchos jóvenes,
que con el tiempo pasaron a ser sus discípulos, aunque Sócrates nunca los
consideró discípulos, sino acostumbraba a llamarlos mis buenos amigos.
Lo que hacía
Sócrates era lanzar preguntas y buscar sus respuestas, para que a través del
diálogo fluido, lleguen a encontrar la verdad.
Además para
Sócrates, los valores éticos y la virtud debían tener un fundamento absoluto,
ajeno a las circunstancias y ser accesible a la razón. La diferencia del
pensamiento de Sócrates con otros sabios de la época - como "los
sofistas" - radica en que él rechazó la retórica, la cual era conocida como "el arte de hablar bien, de dar al lenguaje escrito o hablado
bastante eficacia para deleitar, persuadir y conmover a las personas".
Y el otro punto era porque los sofistas estaban acostumbrados a cobrar por enseñar y Sócrates siempre
decía que el conocimiento no tiene precio, pues se enseña para aprender y
compartir, no para lucrar.
Y para
desmentir la enseñanza de los sofistas, Sócrates inventó un método llamado Mayéutica, con la cual se puede
encontrar la verdad que existe en la mente de cada interlocutor. Esto lo hizo
estableciendo unos "diálogos" (las cuales se encuentran en las obras
de Platón y en la obra socrática de Jenofonte), en los cuales examinó las
contradicciones de sus discípulos y de las personas que conversaban con él.
Incluso existe una pequeña anécdota donde Sócrates se encontraba como invitado
en una cena y demuestra a un joven muy bello que él es más hermoso que aquel
joven. Esto es así:
El Joven:
"¡Oh Sócrates! Me dicen que eres el hombre más sabio de toda Atenas, pues
bien, yo soy el más bello de toda la polis."
Sócrates:
"Yo no soy el hombre más sabio de toda Atenas, pero quizá sea el más bello,
incluso más que tú."
(Todos
rieron)
El Joven:
"¿Así? y dime ¿Cómo un hombre bajito, con una enorme barriga y de aspecto
sucio sería más bello que yo?"
Sócrates
respondió: "Mis ojos, deben ser más hermosos porque son saltones y por lo
tanto veo mejor; mis orejas son más grandes que las tuyas, por lo que puedo
escuchar a mayor distancia que tú, y por la misma regla de tres, mi nariz debe
es más bella que la tuya, porque tengo unos orificios muy grandes y así puedo absorber
más aromas que tú, lo cual se concluye, que si tengo muchas cosas mejor
aventajadas que tú, soy más bello que tú."
Entonces
todos callaron y dieron a Sócrates la razón.
Fue así como
Sócrates empleaba la inteligencia, pues era típico de este individuo, examinar
el mundo empleando solamente la lógica y la razón. Sócrates dijo: "Debéis tomar cada decisión atendiendo a tu
entendimiento sobre lo que es bueno y lo que no es bueno, sobre lo que es
correcto y lo que es incorrecto".
Para Sócrates, su libertad de pensamiento era primordial, como lo debe
ser para todos nosotros, pero esto le traería problemas más adelante, como a
todo aquel que intenta ser libre en pensamiento.
Fue así como
en el año 399 a.C. Sócrates fue acusado de inconformismo por la religión de su
ciudad, tal como lo diría Spinoza en una de sus cartas a W. Blynenbergh: “Sucede siempre que los hombres racionales
son odiados por los hombres que siguen una religión, porque los hombres de la
religión saben que nunca podrán engañar a los hombres racionales y pensantes”.
Pero también acusaron a Sócrates de corromper a la juventud con sus enseñanzas,
pues decían que estaba mal que Sócrates enseñara a los jóvenes a tomar
actitudes rebeldes en sus hogares, ya que de ese modo no acatarían la creencia
en sus dioses y no harían caso a las leyes. Pero sabemos que esto no era así,
Sócrates lo único que enseñaba era a pensar por sí mismos, porque el
conocimiento era indispensable para todo hombre de bien, recordemos que dijo:
"Solo hay un bien, el conocimiento y
solo hay un mal, la ignorancia."
Sucede que Sócrates
era también un crítico del pensamiento y a sus conciudadanos los criticaba
públicamente de tomarse como “ciertas”, las tradiciones de la vida ateniense.
Además solía criticar la mal labor política de sus legisladores. Fue por eso
que fue arrestado por orden de la asamblea, acusado de cuestionar la religión
del estado y de corromper la mente de los jóvenes en la ciudad. Además, algunos
decían que Sócrates solía decir a menudo que poseía un Daimon (Daimon), lo cual significa "genio" en la acepción griega y no
"demonio" como los hebreos lo entienden. Este daimon era una voz interior que decía a Sócrates lo que no debía de
hacer. A su vez, Sócrates aprendió del oráculo de Delphos, una valiosa
enseñanza que estaba escrita en una de las paredes del templo y decía gnothi
seauton
"Gnothi Seautón" (Conócete a tí mismo). Esto fue lo que trató de
enseñar y aplicar a su vida. Es más, cuando las personas decían que Sócrates se
creía un "sabelotodo", él decía todo lo contrario que precisamente
reconocía que no sabe nada, pero eso era precisamente lo que le hacía más
sabio. El En oida oti
ouden oida,
"Solo sé que nada sé" era
la clave de su sabiduría.
Por estos
motivos fue llevado a la corte y lo consideraron culpable, condenándole a
muerte, aunque Sócrates reaccionó con calma y serenidad, lo cual sorprendió al
jurado ateniense de no oponerse a las leyes, pues Sócrates tenía algo muy en
claro, que un hombre debe morir siendo leales a los principios de la razón.
Durante sus
últimos días en la celda, sus amigos, su esposa y sus hijos lo visitaron y
cuando llegó el momento de beber la
cicuta, Sócrates se dirigió a tomar un baño y dijo: "Está llegando la hora, en otras palabras, debo tomar un baño, pues
prefiero lavarme antes de beber el veneno, para que así las mujeres, no tengan
que molestarse en bañarme para cuando esté muerto" y luego de tomar la
cicuta dijo: "Bien, es hora de
marcharme, yo debo morir y vosotros vivir, pero solo el cielo sabe, quién de
nosotros tiene el futuro más abierto." Luego de ello, todo el mundo
echó a llorar y Sócrates recostado sobre la cama, al ver que todos rompieron en
llanto y él no, dijo: "Realmente
amigos míos menuda manera de comportaros, pues me han dicho que uno debe morir
en profundo silencio. Calmaos y sed valientes", entonces al poco
momento, el veneno empezó a surtir efecto y Sócrates poco a poco murió.
Sócrates
fallece a los 70 años de edad en el año 399 a.C.
Sócrates, fue
el ejemplo de cómo debe vivir un buen ciudadano y también enseñó cómo debe
morir un guerrero, pero un guerrero de la razón. Quizá la lección más valiosa
que dejó Sócrates, fue la de ser crítico y a su vez un autocrítico. Recordemos
esto pues y tratemos de seguir este tipo de ejemplos, el de grandes hombres y
sobre todo, el de hombres racionales.
Debemos estar
agradecidos pues, porque hombres como los sabios griegos, fueron los que nos enseñaron
a pensar y reflexionar acerca del mundo en el cual vivimos ¡Gracias Sócrates!
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