martes, 14 de mayo de 2019

Orfeo y el Hades


Al analizar parte del libro de Álvaro Morales Váldes, cuyo título es La poesía del infierno (2014), encontré un pasaje que trata sobre el descenso de Orfeo al Hades. ¿Qué fue lo que hizo de Orfeo un personaje consagrado en la antigüedad? Recordemos que Orfeo fue hijo del dios Apolo y Calíope (la musa de la poesía y la elocuencia), aunque existen versiones en la que fue hijo de Eagro (rey de Tracia). No obstante, la personalidad de Orfeo que nos describe el mito, era pacífica, e incluso cuando tocaba su lira apaciguaba a las fieras de los bosques y tranquilizaba las almas de los hombres. 

Pero ante todo, era hombre y como tal, se enamoró de la bella Eurídice. Ambos estaban muy enamorados. Sin embargo, tal como lo suele comentar Esquilo y otros dramaturgos, los dioses no pueden soportar ver felices a los hombres y entonces le mandan alguna desgracia o calamidad. Se puede decir, que algo así ocurrió, pues Eurídice fue víctima mortal de la mordedura de una sierpe mientras huía de Aristeo (en otra versión, mientras paseaba con Orfeo). Es así, como en las orillas del río Estrimón, Orfeo lloró y lamentó la pérdida de su amada. Además, el mito narra que Orfeo estaba tan triste, que comenzó a tocar con su lira canciones llenas de tristeza y profundo dolor, lo cual hizo que las ninfas y hasta los mismos dioses derramaran lágrimas y aconsejaron al hijo de Apolo, que descienda a los infiernos en búsqueda de su amada. Orfeo, así lo hizo.

En su descenso, Orfeo tuvo que dejar atrás varios obstáculos, por ejemplo, logró dormir al guardían del inframundo (Cerbero) y a fuerza de voluntad o motivado por el poder del amor, siguió adelante hasta llegar a Hades y Perséfone a solicitarles que Eurídice vuelva con él a la superficie y así lo hicieron, con la condición que no miren atrás mientras salían del inframundo. Lo demás, ya es conocido, Orfeo ya estaba seguro de haber llegado a la superficie y volteó a ver a su amada, pero Eurídice aún no estaba iluminada por el sol y tenía un pie en el inframundo, así que su cuerpo se desvaneció para no volver jamás. Orfeo nuevamente lamentó la pérdida de su amada y esta vez, para siempre.

Sobre la muerte de Orfeo, existen distintas versiones, las cuales encontramos en obras de Eratóstenes, Ovidio, Pausanias, Esquilo, entre otros. pero el fin de este escrito, es mostrar la descripción del poeta Morales sobre Orfeo, la cual dice:


«La íntima relación que existe entre Orfeo y el infierno es bien marcada. Si bien, Orfeo es hijo del sol, de la luz de Apolo, tiene dominio sobre la oscuridad del infierno. Atraviesa el Hades, no con una antorcha ni con una espada, sino cantando, haciendo armonía con lo que tiene a su paso, no pelea contra la oscuridad, no la odia ni la enfrenta, sino la armoniza con su lira. De hecho, los monstruos se aquietan, Orfeo no les parece impersonal. Convence a Perséfone de recuperar el alma de su amada Eurídice, hace pacto con Hades, el infierno lo transforma en héroe. Orfeo domina lo externo y lo interno, lo visible y lo oculto, por eso canta en los lagos, con los cisnes a la luz del día y también canta entre el infierno frente a Cerbero, nada condiciona su canto, y eso lo hace un símbolo de la inmortalidad de la poesía». (Álvaro Morales Váldez, La poesía del infierno, 2014).



David Misari T.

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