martes, 10 de diciembre de 2019

Sobre los grados académicos y el trabajo en esta caótica sociedad

28. Sobre los grados académicos y el trabajo en esta caótica sociedad.- Desde las alturas de una biblioteca, veo a muchos «allá abajo» como «nacen» (obtienen la vida) en este mundo y desde ya, los llevan a las escuelas y universidades para ser «formados» siguiendo un 'plan de estudios' que quizá no sea la educación correcta. Muchos centros de estudios, algunos llamados 'universidades' que supuestamente deben ser centros de investigación científica y enseñar a los alumnos el pensamiento crítico, promover el análisis, la reflexión y la ciencia, solo buscan formarte para «trabajar» o ser, en otras palabras un «workslave», si a eso le sumas lo que en casa te dice la familia «tienes que buscar un trabajo estable y obtener un sueldo fijo» y ante la presión del hogar, muchos dejan su real vocación (para lo que en realidad nacieron y ser grandes) y terminar por apagar la única llama de sus pasajeras existencias y ser un 'trabajador' más (del montón), presos en un trabajo que ni les gustó. No obstante, como la sociedad es más astuta que tú, sabe que el hombre es un «animal» que se adapta al medio en que se encuentre y así pueda sobrevivir (pero no vivir) y ser capaz de soportar la explotación, total «por dinero, él/ella lo hará». Actualmente, el lema de muchas universidades parece ser «da mihi pecunia dabo tibi diploma» (Dame el dinero y te daré el cartón), pues parece que se preocupan más en lucrar y no en aportar calidad en los conocimientos, por más que se encuentren licenciadas, pues siguen viendo a los alumnos, no como futuros investigadores o profesionales, sino como un gran torrente capital humano y consumidores o lo que Galbrath diría «El estudio y el tema del dinero se utiliza para disfrazar la verdad», pues son varias las universidades que por obtener dinero, se disfrazan muy bien. Es triste aceptarlo pero todo se ha burocratizado hasta la educación. Por otra parte, vivimos en una sociedad donde muchos son ignorantes y estultos, pero como tienen el 'grado académico' de magister o doctor, sin saber realmente como llegaron a obtenerlo, ahora se encuentran en las universidades 'enseñando'. Conozco a muchos que sin tener distinciones, títulos y diplomas, pero que son muy inteligentes, investigadores y conferencistas, deseando iluminar y alumbrar a los estudiantes, simplemente no pueden enseñar en las universidades por no tener el 'grado'. Frecuentemente el grado representa tu capacidad para enseñar y frecuentemente tamibén tu capacidad para enseñar está en el grado, así habló la Sunedu. Pero si revisamos la historia, precisamente fueron los grandes hombres que trascendieron y llegaron a la inmortalidad aquellos que casi nunca tuvieron estudios superiores ni títulos ni grados, porque los genios de verdad, no piensan en simples cartones ni documentaciones o trámites administrativos; los verdaderos genios solo piensan en dejar un legado a la humanidad, sus obras, sus escritos, sus libros, su enseñanza, sus pensamientos y transmitir su cultura. Todos esos cartones y distinciones, son poca cosa y nunca serán capaces de medir –realmente– la inteligencia y el conocimiento humano. Lo lamentable es que en este mundo, se vive de la apariencia, de lo superfluo, de lo material y de lo banal, hay que 'vestirse bien', hay que tener 'cartones' pegados en la pared, hay que tener iphone o buenas camiomentas (aunque sea chinas, no importa pero que tenga su luna polarizada), hay que tomarse fotos en buenos lugares, aunque sigas siendo un pobre y miserable donde no tengas en donde caerte muerto. Esta sociedad estereotipada con su idiosincracia fetichista y narcisista que rinde culto al nuevo ídolo (lo aparente), hace que te olvides de alimentar y nutrir tu cerebro, para que nutras y alimentes a tu ego y a tu cuerpo. Muchas gente vive más pegada al celular y no le importa que le corten un brazo, pero por favor «no me robes el celular», ¡patético! Jaspers diría que el fallo de este sistema banal es la irracionalidad en la que viven muchos y precisamente son muchos, los que se pierden en este tormentoso laberinto minotaurino del siglo XXI, pues al no llevar el hilo de Ariadna no saben como salir de su propio encierro y presas o víctimas del tedio y del caos en que viven, llegan a perecer en nombre de lo material. Lamentablemente, muchos seguirán ese camino, de la vida al colegio o a la universidad y de ahí a buscar un 'trabajo estable' con un sueldo miserable, pero como si fuera poco, al llegar a casa cansado por la noche, te dirán «estás en edad de ser madre» o «ya debes formar una familia», en vez de ser la misma familia que te diga «deberías ser un investigador, ¿quieres capacitarte en el extranjero? Adelante, hijo o hija, haremos un esfuerzo y estudia en el exterior para que llegues a ser un destacado investigador», pero ¡no!, muchas familias se conforman con que sus retonoños consigan un trabajo estable y luego formen su familia para después esperar solo la muerte. Y ¿qué has hecho por tu vida?, ¿qué legado has dejado a la humanidad?, ¿qué deseas aportar al mundo? Muchos morirán endeudados y serán maldecidos por las entidades a quienes deben y otros por pensar «solo en el presente», en los selfies y series de netflix, dejarán este mundo sin dejar ninguna huella en la historia y ningún aporte para el crecimiento de la humanidad.


Escrito por: David Misari Torpoco.
Libro: Astaroth sive de vanitatis hominum.

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