Sobre la ira
Hay muchos que pretenden iniciar un pleito y otros se empecinan por provocar a quién está tranquilo. Existe un sentimiento denominado «ira» que para los antiguos padres de la iglesia era denominado como animi motus pertinens ad alicuius sententiam iniurias accipiendi et ad consuetudinem peccationem talione levandi est. Pero en nuestro tiempo, más que la acción que nos impulsa ofender al otro y 'pecar', la ira está relacionada a una mala sensación que siente una persona ante un disgusto o alguna agresión física, psicológica o verbal, por parte de otra. Se sabe que existen palabras que ofenden más que los golpes.
¿Cómo podríamos curarnos de la ira? Quizá no podamos hacerlo de manera definitiva, pero si podemos aplicar algunos tips o 'trucos' para ayudar a disminuirla o quizá serle indiferente. Para ello, los estoicos enseñan mucho.
Para los estoicos, la persona que se enojaba mostraba ignorancia, ya que consideraban a una persona sabia como aquella que tenía control sobre sus pasiones e impulsos. Los estoicos, solían ver a menudo, que existían personas que se la pasaban ofendiendo a otras y en respuesta, estás también respondían a sus ofensas con otros insultos. No obstante, ellos recomendaban que si alguien te ofende, no debes responderle de la misma manera, porque eso demostraba que la persona que te ofendió tiene control sobre tus emociones.
Los estoicos recomendaban a sus discípulos que sientan lástima por las personas que los ofenden y si los que te ofenden es algún enemigo, entonces uno debe sentirse halagado, pues significa que ellos sienten envidia de algo que estás haciendo bien y ellos no. Además, ¿es posible enojarte por alguien que en conocimientos es inferior a ti? La respuesta es no. Siguiendo esta enseñanza. te dejo un consejo, recuerda que quien te ofende, está muy lejos de alcanzar la auténtica sabiduría y quien controla sus emociones, pasiones e impulsos, entonces está próximo a ser sabio.
Para aquellos que te buscan provocar u ofender, tienes tres caminos:
1. Agradéceles cordialmente y retírate (porque un sabio no se queda en el lugar de la provocación).
2. No respondas nada e ignóralo (de ese modo, demostrarás que aquel que te ofendió, muestra su inferioridad hacia ti).
3. Sonríeles y déjalo ahí (pues si sabes que lo que te dijo, no es verdad, entonces ¿hay necesidad de continuar o seguir ahí?). Medita en ello.
Recuerda que para los estoicos el autocontrol conduce a la sabiduría y la sabiduría, te trae tranquilidad.
Atte.: David Misari.
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