viernes, 12 de abril de 2019

De oratio

Sobre la oración

No entiendo porqué mucha gente «junta sus manos hacia Dios» y dicen entrar en conversación con el ser divino. Ellos «creen» hacerlo, pero para mí, no lo hacen. Lo que pasa es que sienten temor de afrontar alguna situación difícil y por eso «creen» encomendarse mediante la oración a su Dios, para que no les pase nada.

El hombre debe pensar más en sí mismo. El hombre debe aprender que si quiere que algo le resulte óptimo en la vida, entonces debe pensar en buscar la manera de lograrlo. Detesto a la gente que me dice: «por favor ora por mí» y no decir, «desde ahora me ocupo de mis propias acciones», prefieren dejarlas a «su Dios». 


Se dice –también– que la oración es una manera de dialogar con su creador. En lo personal, soy de la idea que la oraciòn no ayuda en nada. Existen personas que me recomiendan orar, pero no saben que la oraciòn se inventó para el que no es capaz de hacer nada por sí mismo. ¡Basta ya de dejar a los «dioses» o a Dios, lo que puede hacer el hombre por sí mismo!  


No hay ningún Dios en las alturas. Lo siento, quizá, pueda parecer fuerte al decirlo, pero uno es libre de elegir el camino de la vida. Pocos son los hombres que buscan perfeccionar cada dìa más la calidad de sus escritos. En el caso de un abogado, sea en redacción general o jurídica, no debe olvidar que su escritura debe ser correcta.

Dejemos las oraciones y las plegarias de lado y concentrémonos (mejor) en escribir como debe ser.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario