Cierto día, mientras un maestro zen caminaba con algunos de sus discípulos, se le acercó una joven y le dijo:
El maestro zen, al escuchar esto, se detuvo, la miró y le dijo:
–¿Por qué quieres ser mi discípula?
Ella le respondió:
–Porque me he dado cuenta que usted es un hombre muy sabio, virtuoso y además, los jóvenes de mi aldea me han dicho que de usted, cada día se aprende algo nuevo, por eso, quiero ser su discípula, porque siento que me falta mucho por aprender y quiero aprenderlo ya.
El maestro Zen, luego de escuchar a la joven, le dijo:
–No te puedo aceptar como discípula, si en primer lugar no aprendes a ser como el tigre.
–¿El tigre? No entiendo.
– Sí, como el tigre.
–¿Cómo es eso?
El maestro, al ver que la joven ignoraba sus palabras, le dijo:
–Aprende a ser siempre valiente, como el tigre y no temerle a nada de la vida, porque debes saber, que hasta de los errores se aprende. No temas errar.
Aprende a ser como el tigre, siempre atenta y vigilante, ante los peligros. En la vida, siempre habrán personas que quieran dañarte más que elogiarte, se cauta y prudente.
Aprende a ser como el tigre, rápida para cazar. En tu caso, debes cazar conocimientos y ser rápida para pensar en soluciones y no en dar problemas. La mente de una persona debe estar preparada para atender a lo bueno y desechar lo malo. Si tu mente se ejercita y aprendes cosas buenas, tus palabras y tus acciones producirán cosas buenas, pero si tu mente vive en la vagancia, la flojera, el relajo, lo fácil, el tedio, desdén y la tontería, nunca llegarás a ser sabia.
Aprende a ser fuerte como el tigre. En la vida debes aprender a tener valor, determinación y coraje. Nadie tiene porque minimizarte, maltratarte o decirte las cosas que tienes que hacer. Recuerda que es tu vida y por lo tanto, tú eliges las acciones que te impulsarán a ser una gran mujer el día de mañana o a ser una mujer más de las que no buscan trascender, sino solo vivir el momento como inútiles conformistas y mediocres. Una mujer inteligente lucha por alcanzar sus metas y trascender, pero una mujer mediocre, solo vive el presente y piensa que su belleza o juventud, será eterna. Aquellas que viven así, viven equivocadas y la vida, a medida que pasen los años, se encargará de hacerles ver el tiempo que desperdiciaron en su juventud.
Como ves, son consejos los que te puedo dar, pero de ti depende seguir las buenas enseñanzas y reflexiones o quedarte como hasta ahora sigues viviendo y no hacer nada por mejorar tu vida y buscar tu propio camino.
Antes de ser mi discípula, necesito que no me sigas a mí, sino a ti misma. Solo entonces, cuando hayas aprendido algunas cosas por tu cuenta, te aguardaré como discípula, pero ojo, el camino que seguirás a mi lado, no es fácil, porque la vida misma, nunca es fácil y aún así, solo los más fuertes, seguimos en ella y también, solo los más fuertes y sabios, deciden cuando dejar este mundo.
No lo olvides, aprende a ser como el tigre.
Una vez que el maestro terminó de decir estas palabras a la joven, se dio la vuelta y siguió su camino junto a sus seguidores. La joven entendió que primero debe vivir y experimentar más cosas por sí misma, para aprender de lo malo y de lo bueno que la vida le presente. De lo bueno, para seguir por esa senda y de lo malo, para aprender de los errores y mejorar cada día.
Escrito por: David Misari Torpoco.
Fecha: setiembre 2019.
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