Aprobar o morir

Eran casi las 04:00 p. m. y Derrick estaba preocupado porque tenía que terminar y enviar cuatro trabajos de la universidad de cuatro cursos distintos, siendo los cursos de Ciencia Política y Derecho Administrativo los que más dolores de cabeza le provocaron. Solo le quedaban dos horas y no tenía el tiempo suficiente para enviarlos. Uno lo estaba terminando pero le faltaban tres y con el tiempo encima, dudaba en acabarlo. Derrick frustrado se decía a si mismo «ese maldito archivo en Word y esas PPT, ¿cómo lo haré?» ya que si no enviaba los archivos, jalaría. Nuevamente se preguntó «¿En qué pensaba?, ¿por qué no lo hice con tiempo? Siento que me distraje mucho y me pasó factura». Cansado y resignado no supo que hacer.

De pronto recibe una llamada de un número extraño, Derrick contestó algo temeroso «Aló» y le contestó una señorita «Hola, no me conoces, soy Kathia y te ayudaré con el trabajo de Ciencia Política, ya que puedo leer rápido y entender lo que leo». Derrick no entendió cómo ella pudo contactarlo, pero rápidamente vio una luz de esperanza. Asombrado por eso, le preguntó «Cómo así tienes mi número?», pero Kathia con la frialdad que la caracteriza le dijo: «¿Quieres que te ayude o no? Pásame tu lectura en PDF a este número por WhatsApp, no tenemos mucho tiempo» y colgó. Derrick le envió el archivo. Kathia lo descargó y se puso a trabajarlo.

Derrick no entendía lo que pasaba y cuando aún no dejaba de salir de su asombro recibe un mensaje de WhatsApp de otro número desconocido. Derrick abre el mensaje y leyó «Hola, soy Gia, pásame tu libro en PDF porque te ayudaré con ese resumen, leo muy rápido y plasmaré lo más importante». Sorprendido, Derrick le preguntó «¿Quién te dio mi número?» y Gia le contestó «Estoy aquí para ayudarte, no tenemos tiempo de hacer vida social, solo te queda hora y media para enviar ese trabajo». Derrick reaccionó y le envió el archivo del libro (PDF) a lo que Gia, tras recibirlo, le dijo «Gracias,te escribo más tarde».

Pasó una hora y Kathia le envió su parte terminada con un mensaje «No pierdas el tiempo en revisarlo, confía en mi, todo está bien». Derrick, rápidamente ingresó a su correo para adjuntar el archivo y enviar ese trabajo al correo del profesor del curso de Ciencia Política. Cinco minutos después, terminó su parte y envió su trabajo al otro correo. Ya solo le faltaba enviar dos trabajos. Aunque Gia estaba haciendo uno de ellos, aún le faltaba trabajar un PPT. Cansado sobre el asiento y frente a su PC, resignado se toma el rostro como muestra de preocupación, faltaba poco tiempo, pero Gia le escribe al WhatsApp y le envía su parte terminada. Derrick le dio las gracias con algunos stickers a lo que Gia le respondió con un emoji del dedo pulgar arriba. Ya había enviado tres trabajos y solo le faltaban 30 minutos para enviar las PPT a su último curso de Derecho Administrativo, pero debía incluir en las diapositivas gráficos, tablas y cuadros, lo cual lo preocupó. Una voz en su mente le dijo: «Eso te pasa por no hacer las cosas a tiempo, jalarás este curso y lo volverás a llevar el otro ciclo y ahora ¿quién podrá ayudarte? ¡Jalarás!»

Prácticamente, cuando todo estaba perdido, en ese preciso momento tocaron el timbre de su casa. La madre de Derrick, sin saber que su hijo se jugaba las notas en la universidad, salió a ver quién era. Luego, se dirige a donde estaba Derrick y le dice que una de sus mejores amigas de nombre Paola vino a buscarlo para entregarle un USB con archivos de un trabajo de la universidad y explicarle sobre algunos temas. Derrick se preguntó «¿Paola?». Salió y al verla se asombró más porque nunca la había visto ni en la universidad ni en otra parte. Ella con la rapidez y discreción que la caracteriza, se adelantó antes que Derrick pronuncie palabra alguna, le tapó la boca y le dijo: «Hola, Derrick, traje algo para ti ¿me dejas pasar?». Derrick, ya que no podía hablar, movió la cabeza como señal de un si. Una vez dentro, la madre de Derrick dijo que iba a comprar a la bodega y salió. Al quedarse solos, ella le dijo: «Sé que no nos conocemos, pero me puedes llamar Maléfica. Aquí tengo un USB con las PPT de tu trabajo ya hecho. Revísalo de una vez y si hay algo que corregir dime para hacerlo rápido, ya que solo te quedan 15 minutos». Derrick, pese a todo lo confundido que estaba por todo el apoyo inesperado de estas tres señoritas que sabe Dios o el diablo de dónde salieron, revisó las diapositivas y todo estaba bien. Solo quedaban cinco minutos para enviar el correo con el trabajo ya listo y así lo hizo. Maléfica le sonrió y le dijo: «Bueno, debo irme, cumplí con mi parte al igual que mis compañeras a las que no conozco en persona, pero sé que han hecho un trabajo estupendo para apoyarte. Para la próxima no te distraigas, ¿Ok? Te cuidas. Hablamos». Derrick le dijo: «Al menos dime quién las envió para que me ayuden y cómo supieron que realmente estaba en aprietos con esos trabajos», Maléfica lo miró y le dijo: «No te diremos quién nos envió, pero te daré una pista. Una vez, él te vio comprando unos libros de filosofía y no de derecho, te faltaba dinero y él se acercó al vendedor y le dijo: "Cóbrate de aquí por los libros que ese muchacho te compre". Ahora sí, me voy». Maléfica salió de la casa de Derrick y se fue.

Una vez solo, Derrick recordó ese día en el que un hombre alto y delgado pagó al librero por los libros que él compró, porque al escuchar que pagó, se acercó a él y le dio las gracias, a lo que el hombre le respondió: «No me agradezcas nada muchacho, más bien sácale provecho a esas grandes obras y nunca dejes de leer filosofía», sin embargo, Derrick se preguntó «¿Entonces fue él?, pero ¿cómo supo que estaba en apuros?». Simplemente, no pudo entenderlo.

A lo lejos, la mirada penetrante de un búho de plumas oscuras divisaba todo lo que pasaba en casa de Derrick y una vez que vio regresar a la madre de Derrick e ingresar a su casa, el búho tomó vuelo y se fue.

Fin