Patricia se levantó de la cama y antes de tomar un baño cogió su celular y revisó cuántos 'likes' tenía una foto que subió el día anterior a su Facebook. Pensó que llegaría a los 100 likes o más, pero no fue así. Su foto apenas llegó a los 18 likes y se sintió algo incómoda y dijo para sus adentros: «¡No puede ser! Debí tener más likes, bueno». Deja el celular y toma una ducha.
Al regresar, se cambia y revisa su celular y solo obtuvo un like más. Decide ver el muro de sus amigas y se da cuenta que una de ellas, Maribel, obtuvo más likes que ella por una foto que subió a su Facebook en la que se veía sentada con un libro en sus manos. Patricia entró a su WhatsApp, buscó a su amiga Maribel y empezó a escribirle lo siguiente:
—Hola, Maribel ¿Cómo has estado?
—Hola, Patricia. Bien, aquí leyendo.
—¡Oh, verdad! Olvidé que tú eres la 'chancona' del grupo.
—Mmm, ¿sucede algo?
—Nada, solo te molesto pues amiga, pero todo bien. ¿Y qué libro lees?
—El extranjero.
—Mmm ¿y de qué trata?
—Sobre lo absurdo de la vida de un hombre llamado Meursault que parece no tener sentimientos ni emociones pese a cometer un crimen, pero mejor te invito a leerla.
—¿Leerla?, ¡Claro que la leeré! Mmm... está bonita tu foto de Facebook con ese libro.
—Pues, gracias amiga.
—Creo que yo también me tomaré una foto con un libro.
—Claro, como gustes. Por cierto, ¿has visto el dibujo que pintó Liliana?
—¿Liliana? No, ¿dónde está?
—Lo subió a su Facebook, está hermoso.
—A ver.
En ese momento, Patricia buscó la cuenta de Liliana y vio la pintura que dibujó, no le dio like y le dijo a Patricia lo siguiente:
—Ver ese cuadro me ha dado una idea.
—¿Cuál?
—Ya verás. Bueno, te dejo, debo arreglarme para salir.
—Ok, cuidate Patricia.
Patricia ingresó a su instagram y vio como modelos internacionales y chicas lindas se tomaban fotos con diminutas prendas y tenían varios likes y seguidores. Vio a muchas chicas que se tomaba fotos mostrando parte de sus atributos naturales con aquellas diminutas prendas lo cual le dio una idea. Se vistió de manera exuberante y trató de imitar a esas chicas de las redes sociales en las que sacaban la lengua o hacían muecas para parecer 'más sexy' y así captar la atención de sus contactos. Empezó a tomarse varios selfies y a tratar de elegir cuál era la mejor foto para subirla. Pasó media hora (de tiempo perdido haciendo eso) y dio con una foto que le agradó. Rápidamente ingresó a su cuenta de Facebook y subió la foto.
No pasó ni media hora y ya tenía más de 200 likes. Patricia se echó a su sofá con el celular en mano y veía como los likes, los 'me encanta' y los 'me importa' seguían en ascenso. Se dio cuenta que la clave era subir fotos con poca ropa, mostrando parte de sus atributos con algún escote o quizá las piernas con algún short o vestido muy corto. Empezó a recibir comentarios de varios contactos que le decían: 'Hermosa', 'Guapísima', 'Eres muy hermosa', 'Muy linda amiga', 'Eres un amor', 'Mamasita' y todo tipo de comentarios que los varones e incluso hasta contactos sin foto de perfil le escribían y superó los 100 comentarios. Aunque ella no solía responder los comentarios, les daba like o 'me encanta'. Patricia se sintió deseada y su orgullo de mujer creció más.
Ya por la noche, antes de dormir y satisfecha por todos los likes que superaron los 400, Patricia revisa el Facebook de su amiga Liliana y ve que solo obtuvo 20 likes por el dibujo que pintó y dijo: «Pobre Liliana, solo obtuvo 20 likes y yo 500, ja, ja, ja, soy una diosa, mientras ellas siguen subiendo fotitos con sus libritos y pinturitas difundiendo cultura, yo difundiré lo que a los hombres les gusta, mi cuerpo, mi boca, mis senos, mi cabello y todo lo lindo que hay en mí. Pobres tontas». Una vez que dijo esto, empezó a 'wassapear' con varios chicos que había agregado y con alguno de ellos quedaron en verse.
Pasaron dos semanas y Patricia siguió aplicando esa 'técnica' y siguió subiendo fotos de esa manera. Aunque recibía varios likes y cada vez más varones le enviaban solicitudes de amistad, había un hombre que no le daba ningún like y ni le comentaba nada a sus fotos. Se trataba de Andrés, el hombre de 34 años que le gustaba a Patricia, pero no se impactaba por las fotos que ella subía, más bien, Andrés le daba like a las publicaciones de Maribel. Enojada y celosa, Patricia le escribe a Andrés por el WhatsApp y le dice:
—¿Hey? Si no te saludo, ni me saludas.
—Hola, Patty, ¿qué tal?
—Aquí bien y tú ¿qué haces?
—Revisaba las redes un momento.
—Y le dabas like a Maribel, ¿no?
—Sí.
—Todavía tienes el cinismo de afirmarlo.
—No es cinismo, solo la verdad, ¿por qué ah?
—Dame un like aunque sea pues ya que a ella sí le das y a mi que soy más linda, no me das je, je, je.
—Mmm... bueno.
—¡Oye! Cualquiera diría que te molesta o incomoda darme un like.
—No se trata de eso.
—¿Entonces? Dime.
—Si te lo digo, ¿no te enojas?
—Me enojaré si no me lo dices, ya dime.
—A Maribel le doy like porque postea y publica cosas buenas. Reflexiones, análisis o citas de los libros que lee y eso me agrada. En tu caso, solo posteas o subes fotos con poses y muecas ridículas, ropa exuberante que atrae la mirada de los varones solo con ganas de cogerte y nunca tomarte en serio ¿eso quieres?, ¿sentirte deseada y que te vean con ojos de coger y no para algo serio? Eres una mujer guapa, nadie lo niega, pero ya en tu caso, subir fotos a cada rato... y cada día o cada seis horas cambiar tu foto de perfil por otra solo denotan tu exhibicionismo exagerado o un narcisismo que no sé a dónde pretendes llegar. Apuesto que más paras pendiente de los likes, de tu Facebook o de tu Instagram y pasas más horas viendo qué fotos subir que haciendo algo útil por tu vida. Está bien usar las redes sociales, pero no vivir pegado todo el día a ella. Eres muy linda, Patricia, lo reitero, pero como amigo te digo que sería grato que dedicaras más tu tiempo a seguir creciendo profesionalmente. Aún te falta un año para terminar la carrera y termínala bien, ya cuando seas profesional si gustas quédate todo el día en las redes sociales y sube fotos en bikini si quieres, pero ahora, aún estás en formación y crecimiento, no desaproveches este tiempo que ya nunca más volverá. Piensa en eso.
Luego de leer lo que Andrés le escribió, Patricia se molestó mucho y trató mal a Andrés, lo despidió y lo bloqueó. No quiso reflexionar ni pensar en nada y siguió con su vida, era feliz a su modo, aunque en el fondo se sentía sola y sentía envidia de ver a su amiga Maribel que hombres guapos la pretendieran por su inteligencia sin malas intenciones, mientras que a ella le escribían varios hombres con el único fin de invitarla a salir y querer llevársela a la cama. Esa noche, Patricia revisó el Facebook de Maribel y vio que ella posteó una frase que decía: «Las únicas personas que se enojan cuando se les dice una verdad son aquellas que les gusta vivir en la mentira».
Fin.
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Cuento: Enemigas íntimas.
Escrito por: David Efraín Misari Torpoco
13 de diciembre de 2020
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