Como bien se sabe, la Biblia se escribió en hebreo, arameo y griego. No obstante, cuando revisamos el Nuevo Testamento, notamos que éste se encuentra escrito en griego. Es aquí donde centraremos esta publicación con el fin de aportar las fuentes son extrabíblicas de algunas «citas» a las que Pablo de Tarso recurrió para emplearlas tanto en sus discursos como en sus epístolas.
Se sabe que Pablo fue un hombre que recibió instrucción
y, por lo tanto, tuvo que haber leído o al menos sabido (conocido) a varios
filósofos, poetas y escritores de su época o también más antiguos. De esta
manera, repasaremos y trataremos de identificar algunos casos en los que Pablo
recurrió a las palabras de estos escritores.
Caso
1
Epiménides
y Pablo
Cuando Pablo sostuvo su discurso en el Areópago,
mencionó las palabras de algunos poetas y filósofos griegos. Así pues, leemos
en el libro de los Hechos de los
Apóstoles (17:28) lo siguiente: «Porque
en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios
poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos». Si prestamos atención a
las palabras con negrita, notaremos que aquella expresión de «Porque en él vivimos, y nos movemos, y
somos» perteneció a Epiménides de Cnosos (Creta), un filósofo y poeta del
siglo VI a. C., a quien muchos en su época lo veían también como una especie de
«profeta» e iniciado en las religiones chamánicas. Es más, en el libro de Tito 1:12, Pablo lo llama precisamente «profeta»
y lo cita: «Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, glotones
ociosos». El origen de esta cita y lo anterior que mencionamos son extractos de
un poema del cretense Epiménides, pues en ese poema trata sobre la tumba de
Zeus en Creta. Se sostiene que la estrofa del poema fue conservada por el
teólogo y escritor nestoriano Iso'dad de Merw (siglo IX), y decía lo siguiente:
Ellos
idearon una tumba para ti, oh santo y alto.
Los cretenses, ¡siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos!
Pero tú no estás muerto; tú vives y permaneces para siempre.
Porque en ti vivimos, y nos movemos y tenemos nuestro ser. (CBA
6:350, 351).
Es más que probable que Pablo, de primera mano, haya
conocido este texto de Epiménides.
Caso
2
Arato
y Pablo
Si seguimos con la lectura del mismo pasaje bíblico (Hechos 17:28), encontramos
las siguientes palabras: «Linaje suyo
somos». Estas palabras se encuentran registradas en la obra poética Phaenomena del escritor griego Arato de
Cilicia (310-240 a. C.), obra que trata de los fenómenos astronómicos y meteorológicos.
Como mencionamos, Pablo cita la quinta línea del poema de Arato, quien gozó de
gran reputación y fama como escritor, poeta y médico en la antigua Roma, además
de ser amigo del estoico Zenón.
A continuación, leamos una traducción libre de lo
que dicen las primeras cinco líneas del poema de Arato: «De Zeus comenzamos; a
él, los mortales nunca lo dejamos de nombrar; todas las calles y las plazas
están llenas de Zeus; también el mar y los cielos están llenos de él. Siempre
tenemos necesidad de Zeus, porque linaje
suyo somos». (Véase Phaenomena
1-5; CBA 6:351).
Corresponderá a los estudiosos e investigadores
abordar este segundo caso con mayor rigurosidad y corroborar el texto de Arato
para contrastar con las palabras expresadas por Pablo.
Caso
3
Menandro
y Pablo
El comediógrafo griego Menandro (342-292 a. C.)
escribió varias pequeñas obras, y es conocido por una obra titulada El misántropo. Aparte, se sabe que dejó
varias máximas plasmadas en sus obras, una de las cuales reza «la comunión con
lo malo corrompe el buen carácter». De este proverbio griego que dejó Menandro,
sostienen algunos, Pablo se inspiró o tomó para escribir en 1 Corintios
15:33 lo siguiente: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres».
Algunos biógrafos refieren que Menandro dejó por escrito aquello de «la
comunión con lo malo corrompe el buen carácter» en su comedia Thais, y que luego fue tomado como un
refrán o dicho popular en la antigua Grecia. Lo más probable es que Pablo conociera
esta máxima y por eso la empleó en sus cartas y predicas.
Nuevamente, corresponderá a los estudiosos e
investigadores abordar este tercer caso con mayor rigurosidad y corroborar el
texto de Menandro para contrastar con las palabras expresadas por Pablo.
Caso
4
La Metamorfosis de Ovidio vs. Epístola a los romanos de Pablo
Ovidio, Metamorfosis
7:19, 20.
"Sed trahit invitam nova vis, aliudque cupido, mens
aliud suadet: video meliora proboque, deteriora sequor".
Pablo de Tarso, Epístola
a los romanos 7:19-21 (Vulgata Latina).
"Non enim,
quod volo bonum, facio, sed, quod nolo malum, hoc ago. Si
autem, quod nolo, illud facio, iam non ego operor illud, sed, quod habitat in
me, peccatum".
Pareciera como si Pablo de Tarso tomara las palabras
del poeta Ovidio y les aplicara un parafraseo agregándoles una que otra palabra
de su propia cosecha, pues Ovidio escribió: «Pero me arrastra, involuntaria,
una nueva fuerza: y una cosa deseo y de otra la mente me persuade. Veo lo mejor y lo apruebo, pero sigo lo
peor». Por su parte, Pablo sostuvo lo siguiente: «Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y
si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así
que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el pecado está en mí».
Caso
5
Las
Bacantes
de Eurípides vs. Hechos de los apóstoles
de Pablo
«Dura
cosa te es dar coces contra el aguijón».
En
griego: πρὸς κέντρα λακτίζειν
En el libro de los Hechos de los Apóstoles 26:14 (Biblia NT, RVR 1960) encontramos lo
siguiente: «Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me
hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón».
Palabras que Lucas pone en las palabras de Pablo que pone en palabras de Jesús
de Nazareth (aunque lo más probable es que Jesús le haya hablado en arameo a
Pablo), pues sostuvo que fue así lo que el nazareno le dijo. Sin embargo,
encontramos en una de las tragedias
del poeta griego Eurípides (406 a. C. // texto: Las Bacantes, Βάκχαι, 794) la misma cita que Pablo sostuvo que
Jesús le dijo, con la diferencia de que, en Las
Bacantes, fue el dios Dioniso, quien se lo dice a Penteo (rey de Tebas). Es
más, en un texto griego más antiguo lo encontramos en el Agamenón del poeta Esquilo, donde Corifeo pronuncia aquellas palabras.
También lo encontramos en el Phormio de
Terencio (siglo II a. C.).
No obstante, queda aclarar un punto respecto a estas
palabras «Dura cosa te es dar coces contra el aguijón», pues depende del
público al que se dirige Pablo. Si Pablo se dirige a un público judío no
versado en la cultura helena, la cita de Eurípides no tendría ningún sentido.
En cambio, si se dirigiera, por ejemplo, al rey Agripa (que era edomita/judío,
pero versado en la cultura griega), sí tendría sentido citar esa frase (siempre
y cuando, Pablo se le dirigiera en griego).
Conclusión
Lo expuesto aquí no tiene como fin quebrantar la fe
de ninguna persona ni mucho menos sostener que Pablo haya «copiado» o «plagiado»
a los antiguos escritores griegos y romanos. El único propósito de esta
investigación es ser lo más didáctico posible con las citas y referencias de
los antiguos escritores griegos y romanos que tuvo Pablo para sus escritos y
discursos.
Escrito por: David Misari
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