Domingo por la mañana

Uno sale temprano a comprar a la panadería y lo que encuentra en la calle es algo típico de muchos domingos «normales» de nuestra gran Lima (aunque también, supongo que en varias partes de provincias). ¿Qué encuentro? Jóvenes echados en las esquinas completamente alcoholizados sin zapatillas (y lo más probable es que sin celulares tampoco en sus bolsillos ni sus billeteras). También vi a señoritas bien vestidas, pero alcoholizadas intentando parar algún taxi en medio de gritos y risas. Otros jóvenes que seguían tomando sentados y con la cabeza gacha en las esquinas con sus amigos (o quizá con desconocidos).

Si bien es cierto, cada uno tiene su manera de divertirse y cada cual es dueño de su propio destino, pero ¿llegar a tal punto? ¿qué ganan con eso? Más bien se exponen a muchas cosas.

Con esto no pretendo que estos jóvenes dejen de salir los sábados por las noches y se vuelvan eruditos o lectores de Borges, Kafka, Camus o Dostoyevski, para nada, pero al menos, si lo pensaran mejor, quizá podrían hacer algo productivo en vez de desperdiciar la juventud.

Reflexión

Los años pasan y muchos jóvenes piensan de que esta, seguramente, es eterna, pero lo que no saben es que la juventud no dura para siempre y el tiempo que suelen desperdiciar de esa manera, no volverá más. Con esto no condeno la diversión de los jóvenes, pero deberían medirse en muchos casos u optar por otras formas de diversión no tan arriesgadas para la salud. 

Al final, como escribí en mi libro Paremias Filosóficas... nosotros somos dueños de nuestra propia existencia.

Escrito por David Misari
Diario de Efraín
16 de julio de 2023