domingo, 9 de octubre de 2022

El investigador jurídico

Rolando estaba contento porque en su país había publicado varios artículos en diversas revistas jurídicas. Como abogado sintió que ya había logrado mucho, puesto que su nombre figuraba en las mejores revistas del medio. 


Un miércoles, por la tarde, retornaba a su casa luego de dar clases en la universidad y recibió un correo electrónico de Darío (que también era abogado) y lo invitaba a la presentación de su libro. Rolando  respondió el correo rápidamente y aceptó ir a la presentación del libro de Darío. Llegó el día y, efectivamente, Rolando estaba ahí. Al final, todo salió bien y Rolando observó de lejos como Darío firmaba libros y se tomaba fotos con los asistentes al evento. Una vez que acabó todo, Darío se acercó a Rolando y lo invitó a tomar un café.


Una vez que ingresaron al café y tomaron asiento, empezó el diálogo.


—Veo que tienes muchos seguidores, Darío, el éxito con tus libros te acompañan siempre —dijo Rolando.

—Todo éxito siempre es consecuencia del propio esfuerzo y dedicación que uno le pone al trabajo —respondió Darío.

—Claro, pero dime algo que durante varios días me ha dado vueltas en la cabeza.

—Te escucho, Rolando.

—¿Cómo has logrado obtener tanto prestigio académico como investigador sin aún tener tu grado de magíster ?

—Debido a mis investigaciones.

—Yo también investigo y publico artículos y sin menospreciar tu trabajo, mis artículo fueron publicados en las mejores revistas del país.

—No entiendo... ¿a qué punto quieres llegar?

—Hace dos días, un alumno de la universidad me dijo que cuando buscó un tema para su trabajo de investigación, encontró en un repositorio alemán tu nombre y no solo eso, figuras en algunos otros repositorios extranjeros como en Francia, España e Italia, mi pregunta es y reitero, sin menospreciar tus trabajos, ¿cómo has llegado a figurar en repositorios internacionales si ni siquiera lograste publicar artículos en las mejores revistas del país? No lo digo de mala fe, solo que tengo curiosidad por ese aspecto.

—Entiendo. Pues bien, permíteme explicarte algo que, por lo que veo, no lo sabes y al parecer eso te causa angustia o ansiedad.

—No negaré que hasta cierto punto me causa algo de envidia, pero académica.

—Te comentaré algo que una amiga que radica en Alemania me dijo y yo también me quedé asombrado cuando la escuché. Me dijo que en aquí, en nuestro país, nos hacen 'creer' que somos «investigadores» por el solo hecho de haber redactado uno, dos o diez artículos en Gaceta Jurídica o alguna otra revista de prestigio en nuestro país. No digo que publicar en tales revistas esté mal, al contrario, está bien, pero lo que sí está mal es que nos vendan humo y nos eleven el ego para que puedas postear en tus estados o redes sociales que tienes publicado un artículo en una gran revista. Entonces buscas la aprobación de los demás y que los demás te halaguen con sus likes o comentarios diciéndote que eres lo máximo y todo eso. No obstante, amigo mio, para los investigadores y académicos del derecho en el extranjero, simplemente... no existes. 

—¿¡Qué dices!?

—Ahora bien, para válidamente ser llamado investigador. (researcher) y obtener relevancia internacional, debes ser citado como mínimo en tres o dos trabajos de investigación internacional (sea artículo o libro, pero publicado en el extranjero), además, fuera de esto, debes tener en cuenta tres aspectos: 1. Haber obtenido tu título profesional con una tesis. En caso que no hayas obtenido tu título profesional con una tesis, debes acreditar tus estudios culminados de maestría o tu grado de magíster. 2. Tener como mínimo dos artículos de investigación jurídica en autoría o coautoría indexados y publicados en revistas jurídicas internacionales. Además, en tu país (en nuestro caso en Perú) dos artículos como autor o coautor deben figurar en Scopus, Alicia Concytec o Latindex, cualquiera de los tres como mínimo. 3. Debes haber publicado cinco libros, tres en tu país y dos en el extranjero como mínimo (libros de derecho y como autor). 

—¡Vaya! No sabía que era algo difícil ser auténticamente reconocido como investigador con esos requisitos.

—Date cuenta que lo que te acabo de explicar, solo son los requisitos mínimos para ser considerado como investigador (researcher) auténticamente y ser tomado en serio por la comunidad académica internacional. No te negaré que hasta el año 2015 era más fácil ser considerado o reconocido como investigador del derecho, pues los requisitos eran más simples. Incluso, algunos académicos europeos son muy severos y dicen que si un sudamericano no trabajó una buena tesis, por más que en su país haya publicado cincuenta artículos en alguna revista prestigiosa (solo) de su país o por más que tenga cien libros publicados solo en su país y ninguno en el extranjero, simplemente, no serás tomado en cuenta, esto es, no te mencionarán ni serás citado en sus trabajos.

—Realmente, admito que no sabía muchas cosas que me has explicado y también estaba equivocado al pensar de otra manera. 

—Todo lo que te he dicho es si quieres ser reconocido como investigador a nivel internacional, pero si solo quieres ser un investigador acá en Perú, entonces no hace falta todo lo que te expliqué, pero conociendo tu espíritu ambicioso por el estudio, no te quedarás estancado aquí en Perú y buscarás aportar y ser reconocido como investigador a nivel internacional.

—¡Exacto, Darío! No me quedaré de brazos cruzados y trabajaré para publicar mis trabajos en el extranjero, quizá me tome algo de tiempo, pero debo hacerlo.

—Esa es la actitud, Rolando.


Una vez que acabaron de conversar, Rolando pagó la cuenta, se puso de pie y extendió su mano para despedirse de Darío y agradecerle por la detallada explicación. Ambos se despidieron y Rolando se fue a su casa con una actitud decidida a investigar nuevos temas en el derecho y a trabajarlos para que sean publicados en el extranjero.


Fin


Cuento escrito por David Misari Torpoco

9 de octubre de 2022

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