Cuando estudié a
Aristóteles, supe de inmediato que fue el hombre más inteligente y sabio –después
de Sócrates- que tuvo Grecia. Sin embargo, no todo fue sabiduría y estudio para
el filósofo, pues investigando sobre su biografía, encontré una anécdota
peculiar. Como bien saben, Aristóteles fue maestro de Alejandro Magno y
mientras el sabio le enseñaba al joven futuro conquistador macedonio, de pronto
conoce a una muchacha joven llamada Filis. Esta muchacha de aproximadamente
unos 19 años de edad, empezó a perturbar los estudios y la mente del joven
Alejandro, pues con sus encantos, lo distraían del estudio que Aristóteles le
enseñaba. Cierto día, Aristóteles se queja ante el rey Filipo (padre de Alejandro)
que su hijo se distraía mucho coqueteando y saliendo con una muchacha, como
consecuencia, le prohíbe al apasionado Alejandro verse con la joven. La
muchacha muy molesta, trama una idea y se va a buscar a Aristóteles, prometiéndole
«sus favores» (acostarse con él) a cambio que el filósofo acepte a caminar a
gatas paseándola sobre su espalda. Seducido por la bella joven y lo hermoso de
su larga cabellera y su cuerpo, Aristóteles acepta, ignorando de que la
muchacha había advertido al rey Filipo del insólito espectáculo. Y cuando
Aristóteles lo hace, el rey y varios de sus súbditos se ganaron con tal
vergonzosa escena, ante lo cual, el filósofo se convirtió en el hazmerreír de
la corte macedónica. Avergonzado, atolondrado y puesto en ridículo, Aristóteles
se retira a una isla y escribe un tratado titulado sobre las artimañas femeninas.
(Fuente: Cf. Al respecto Reinhard Brandt, Philosophie in Bildren, Colonia:
Du-Mont, 2000, pp. 201-216. // Schopenhauer Arthur, El arte de tratar a las mujeres. Introducción por Franco Volpi,
Alianza Editorial, p.13.)
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