Sobre la
degeneración y la corrupción.- Con todo lo que está pasando en
el país (los audios), realmente se hace difícil poder o volver a confiar en
alguien. A estas alturas, todo político, por más «buenas intenciones» que
tenga, una vez que llegue al ansiado «Poder», se corromperá, porque el dinero,
la ambición y el mismo Poder, envilece el corazón de los hombres –decía
Lucrecio– y ante ello, por más puro que llegue uno y con ideas nobles, llevando
consigo la intención de mejorar la política del país, al final, saldrá
corrupto. Pero ¿por qué tiene que ser así? Vivimos en una época, donde la
tecnología avanza y hasta un simple mensaje de Whatsapp o inbox,
puede condenar a más de uno –con mucha más razón a un político– y ni que decir
de un audio o de algún video, pues pareciera como si muchos estarían aguardando
que uno llegue al Poder, para empezar a «chuponearlo» o investigarlo, pero con
justa razón, porque no se investiga al bueno (si es que aún existe alguien
bueno), sino, a quién se sospecha que algo esconde u oculta. Al parecer,
Maquiavelo tenía razón cuando dijo que todo hombre por naturaleza es malo, pues
una vez que llega al pico más alto –esto es el Poder– entonces se manifiesta su
verdadero ser. Pero ¿qué es lo que activa en ellos esa ambición? Simple, la
palanca del Poder: el dinero.
Todas
estas personas que ansían el Poder, en el fondo saben que al llegar a
obtenerlo, entonces se olvidarán de las bellas y hermosas promesas al pueblo,
para comenzar a ver cómo saciarán sus bolsillos y hacerse ricos. Al empezar sus
campañas, muchos políticos dicen que harán todo para mejorar el sistema y que
no robarán, pero ya estamos viejos para creernos tales patrañas, aunque por
ahí, nunca falta uno que otro incauto y se cree ese cuento. Sea A, B o C, o
quien llegue al Poder, al final, saldrá algún audio, alguna conversación,
alguna documentación o algún video, donde se muestre que ha cometido algún acto
corrupto. ¡Oh amigos míos! Vivimos en una época, donde te pueden estar grabando
de cualquier punto del planeta y tú, ni cuenta te das. No se trata de vivir en
una paranoia, ni encerrado en un cubo de cristal, pero si no se quiere caer en
nada malo, el deber del hombre es simple: hacer lo correcto y punto. Por mínima
e insignificante «ayuda» que puedas dar a una persona hoy, será tu futura
condena.
En mi
país, se vienen las elecciones para elegir al nuevo alcalde de Lima, pero con
todas estas cosas, todos estos políticos, para mí, son corruptos. No es el
odio, sino el asco, lo que me hace pensar mal de ellos, pues aunque salga
electo algún postulante con ideas nobles, una vez dentro (en el Poder) se
corromperá. Es por eso que el filósofo Thoreau, nunca iba a votar en las
elecciones de su país, pues para él, todos los políticos estaban contaminados
con el veneno de la corrupción recorriendo sus cuerpos. Es por eso que Sócrates
decía que si un hombre desea ser virtuoso, lo mejor es que viva alejado de la
política. Basta que solo una vez hayas realizado un solo acto de corrupción,
quedas marcado de por vida.
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